martes, 25 de septiembre de 2007

DIARIO DE UN SEMIDIOS

Titulo original:

DIARIO DE UN SEMIDIOS

Autor :

ISMAEL ACIÉN MOLINA

Corrector :

ALEJANDRO ACIÉN MOLINA


Edición: AGOSTO, 2000


Dedicado a todos los
los que creyeron posible que
este libro tenía posibilidades
para ser leído.


NOTA DEL AUTOR

Este libro empezó siendo un sueño hace ya 10 años del cual quedé altamente impresionado por creer que había tenido una especie de revelación espiritual.
Que pena del tiempo transcurrido hasta la fecha pues en su día esta lectura hubiera provocado más inquietud.
Sin embargo, yo no pretendo revelar nada sino que de alguna manera aunque sea egoísta decirlo, mi deseo ha sido el de desprenderme a través de este libro de toda esta vivencia onírica.
Espero que haya sabio dar a lo escrito una lectura amena y atractiva, pero sino es así, desearía que el posible lector sea transigente y llegue al final en la lectura de este libro. Gracias.



PROLOGO

¿Cuál es la finalidad de la existencia? ¿Y la realidad a la que está sujeto cualquier ser vivo? ¿Hay hilos invisibles que rigen el destino? A esta última pregunta hemos de contestar que sí, lo que no significa que alguien los mueva.
El destino final al que por ejemplo la humanidad se encamina, es a una globalidad, pese a la condición de egoísmo y separativismo en la que está sumergida. Sólo hay que echar una mirada a nuestra historia para comprobar que todos los imperios formados se han ido derrumbando uno tras otro por estar formados a través del egoísmo y el enriquecimiento. En este sentido y por poner un ejemplo, las diferencias raciales también son motivo de discordia y sin embargo en el transcurso del tiempo van calmándose las fobias e integrándose; que quede claro que todo se integra y se une cuando bajamos a guardia y que está clarísimo que el egoísmo es el estigma que nos aparta del curso natural.
¿Pero quién tiene la llave para formar una sociedad igualitaria y unida? En realidad, nadie, ya que no se puede dar el caso por falta de recursos sociales que provienen hoy por hoy, de un esfuerzo particular y egoísta; por lo tanto, actualmente, aunque sufrimos por ello, poco se puede hacer.
Pero para qué nos vamos a engañar: Ni aún teniéndolo todo, saldríamos a flote, ya que siempre destacaría alguien que codiciara más y en eso sí que no hay límites.
En resumen, ¿qué grado de globalidad podríamos llegar a alcanzar? Verdaderamente, podrían pasar mil años, volver a pasar todas las miserias una y otra vez y aún nos encontraríamos en el mismo punto. La humanidad no ha cambiado ni un ápice en su comportamiento, pero eso sí, vive más cómodamente.
Quizás por nosotros mismos nos veamos imposibilitados para tal cambio; digamos que somos reacios, no que no podamos. Necesitaríamos pues una ayuda que podría venir sin lugar a dudas de la ciencia; no de la actual, proclive a sacar beneficios egoístas, sino de otra, que mire hacia los intereses verdaderos, tanto de la humanidad como del planeta donde vivimos. Una pregunta: ¿Cuándo se calma una fiera? En el supuesto de que la fiera seamos nosotros mismos, la respuesta solo usted debería conocerla. El plan a seguir podría ser bien sencillo y justo.
DESPERTARES

En lo más recóndito del planeta Raám, dos seres se despedían de la vida. Muchos siglos velando por ese planeta les habían hecho presenciar enormes cambios, sobre todo, el de su estrella, cuando como cualquier otra empezó a agotarse convirtiéndose en una *gigante roja. Siempre solos, sus iguales ya no estaban con ellos.
-Ya podemos descansar -dijo Obbo a Eela.
-¿Sabrán salir adelante? ¿Y qué nos sucederá a nosotros?
-Es nuestro destino, Eela. -anunció con una mirada radiante- Ya lo hemos demorado bastante. Estos nuevos seres ya están preparados y nosotros también. Bueno, es hora de cruzar la raya.



*Gigante roja: Estrella que ha perdido poder calorífico y gravedad, proclive a desaparecer.
-Tengo miedo, Obbo -Eela lo decía de verdad, pues la vida era lo único que conocía en sus casi 150.000 años-¿Qué sentiremos?
-No has de temer nada. Te sentirás más viva que nunca, te lo aseguro. Me hablan; nuestros anteriores me hablan y nos lloran.
-No comprendo -Eela mostraba asombro por las palabras de Obbo.
-Están incompletos, nos necesitan. Algo grandioso ha de ocurrir.
-¡Obbo! -exclamó Eela temerosa.
Él le tendió la mano, le sonrió y juntos, cerrando los ojos, cruzaron sin más a otro plano. Su misión acababa de comenzar.

La negrura volvió a dar paso a otro día pálido y rojizo en Ráam, debido a su estrella gigante roja Tuut. Pero éste no sería como los demás; alguien se despertaría con una singular inquietud.
-¡Rayos, me explota la cabeza! -dijo Jáaic apretándose y frotándose las sienes- No hay nada mejor para aclarar las ideas que un buen café *silkano.
Jáaic pensó que tal vez éste le pondría de nuevo la cabeza en su sitio, ya que miles de imágenes de fórmulas y códigos genéticos se le agolpaban y no podía tranquilizarse; pero volvieron con más intensidad si cabe, provocando que se decidiera a vestirse y saliera de su habitáculo a toda prisa para a continuación bajar las escaleras a zancadas grandes. En un momento estuvo en el laboratorio del centro de investigación, donde Jáaic, especialista en genética avanzada, trabajaba habitualmente.


*Silk: Civilización extinguida en Ráam.

Esta vez no daba crédito a lo que le sucedía: Nada más cerrar los ojos, todo lo que en días anteriores parecía imposible, se resolvía favorablemente. Se puso manos a la obra.
-¡Por los cuatro planetas! -se exaltó de pronto, removiendo papeles y mirando una y otra vez por el microscopio- ¡Lo he logrado! No puede ser, ¡lo he conseguido!
Jáaic había dado no sólo con la secuencia completa del ADN humano, sino con la posibilidad de utilizarlo como vacuna.
Jáaic pudo descansar entonces del baile loco de imágenes que atormentaban su cabeza. Sólo le queda el recuerdo del sueño raro de aquella noche. ¿O no fue un sueño? La verdad es que abría jurado que tuvo la sensación de salirse del cuerpo y que un ser majestuoso le iba enseñando todas aquellas fórmulas, explicándole todo lo referente al ADN; luego, con otra sensación desagradable notaba cómo volvía a introducirse otra vez en su cuerpo y ya no volvía a reconciliar el sueño.
Jáaic terminó por comprender que había sido realidad y ese ser de alguna manera le había cedido su secreto. Más tranquilo regresó a su cuarto dos plantas más arriba. Jáaic tenía 27 años y ya sobresalía entre los demás en materia genética, pero con este descubrimiento se había pasado. Entraría a formar parte como uno de los más grande científicos de la historia ráamniana. Ahora si que disfrutaría de ese café con tranquilidad; por cierto, seguro que podría permitirse el lujo de cambiar de cafetera. -¡Menudo cacharro!- se dijo a sí mismo.
RECUERDOS

-“Bip,bip” -sonaba el ingenio que Jáaic tenía instalado en su antebrazo. Se trataba de una clonadora de ADN creada por Dalla hace siglos y que permitía que la vacuna de Jáaic pudiese ser puesta al alcance de todos. -“Bip”- El ingenio o clonadora dejó escapar otro ruidito y Jáaic la aprisionó con su mano como queriendo omitir ese sonido que le recordaba sus 3.000 años de existencia.
Jáaic se dirigió a la clonadora de alimentos y se preparó un café del ya invariable reino de Silk. Inmediatamente recordó su vieja cafetera, visualizando imágenes fugaces de todo lo vivido.
Recordó pues el gran descubrimiento de la vacuna, que no sólo curaba enfermedades terminales, sino que, con una dosis periódica, (esto era secreto) restauraba cualquier carencia que se produjera en todo el organismo celular deteniendo el paso del tiempo para el sujeto.
La vacuna no estaba al alcance de todos, por lo que sólo se empleaba para enfermedades terminales. Creó esto, en una sociedad bastante equilibrada, un nuevo componente de desestabilización, ya que sólo altos dirigentes e individuos con alto poder adquisitivo se beneficiaban al cien por cien, administrándose dosis periódicas. Era un secreto oculto para evitar descontentos, pero el tiempo pasó e hizo notar cómo en unos la vejez no hacía mella. El descontento se hizo notar provocando tensiones que llevaron a los mandatarios a crear fondos para poder administrar dicha vacuna al menos una vez al año, con lo cual se calmaron las cosas, pero indudablemente empeoraron otras.
Jáaic tomó otro sorbo de su café y otro recuerdo del pasado, esta vez más personal, le vino a la memoria.
-Esto es magnífico, Dalla.¿Cómo funciona? -indagó Jáaic.
Dalla mostraba un gozo extremo al ver que su descubrimiento llamaba la atención de uno de los más grandes científicos: nada menos que el padre de la vacuna para la inmortalidad.
-Es muy sencillo. -se le abrieron los ojos a Dalla en su explicación- La máquina analiza el ADN introducido, identifica su secuencia y lo reproduce sin límites. A partir de aquí, gracias a unos sensores que analizan el estado de carencia del sujeto, se determina la configuración de la fórmula adecuada y la inyecta al sujeto automáticamente.
-¡Bravo, bravo! -exclamó Jáaic- Has creado una clonadora de ADN. Vendrás conmigo, hay que darlo a conocer.
Jáaic recordaba este momento con agrado porque fue cuando conoció a Dalla; desde aquel día siempre estuvieron en contacto.
De repente otras imágenes se interpusieron y se centraron en la fecha en la que se acordó la implantación de este ingenio a mayores de 30 años. Esto, sin duda, en una sociedad necesitada de un trabajo para subsistir, se volvió tedioso, como un castigo, por lo que no todos aguantaban tanta longevidad y desconectaban la clonadora.
El distanciamiento en las edades de quienes se mantenían invariables con 35 años y los que envejecían cada vez era mayor; hasta que no tardó ni 200 años en plantarse una civilización en esta edad de 35 años.
El paso del tiempo marcaba sin duda psicológicamente a todos los habitantes de Ráam y se producía un miedo cada vez mayor a la muerte, que sólo conocían en accidentes graves y de soslayo, por lo cual, se convirtió en el tema tabú más prohibido en toda la historia. Afortunadamente, otras cosas, salieron a la luz, un nuevo tipo de clonadoras se dio a conocer, creadas esta vez gracias a la unión de Jáaic y Dalla.
Se trataba de la actual clonadora de alimentos, de donde Jáaic, momentos antes, había extraído ese sabroso café silkano. Su coste en aquellos primeros días era elevadísimo pero poco se fueron adquiriendo y esto supuso cierres en el ramo alimentario por no ser ya no necesario.
Era como una nevera y tenía en sus programas memorizadas todas las estructuras complejas de todo tipo de alimentos, así como su posterior preparación.
Su funcionamiento interno era ya conocido y utilizado: En la clonadora de ADN se utilizaba la luz solar y mediante filtros y etapas se producía un caldo base de donde se sacaba la materia prima para la posterior transfiguración química deseada. Para introducir en memoria las diferentes estructuras se hacía en tres fases: Primero se le dejaba analizar los alimentos en crudo con las cantidades correctas para una persona; más tarde, un programa específico de elaboración; y la última fase, otro programa de acabado y comprobación. Hecho esto sólo quedaba almacenarlo en memoria y a otro plato.
Esto implicaba una adaptación social, que se produjo de forma muy radical. Miles de trabajos no eran necesarios y eran abandonados voluntariamente, con lo que se producían deficiencias en todos los servicios que ocasionaban el cierre de negocios y empresas.
Hubo verdadero deterioro social. Todo paralizado: transportes, bancos, comercios, etc.
Jáaic comprendía ahora que todo esto tenía que ser necesario para el gran cambio posterior: Otro molde social que mirara hacia otras metas. Y así fue, porque el desamparo fue tan grande y devastador que se produjo una unión total para resolver el problema.
La realidad que se vivía era que ya no subsistía el más adinerado, sino el que había logrado adquirir una de estas máquinas, por lo que la solución era obvia: Todos debían poseer una; pero, ¿de qué manera?
Al carecer todo de importancia, ya que el dinero no movía nada, se centraron todos los esfuerzos en crear una cadena de producción en todos los puntos del planeta de dicho ingenio, teniendo como pago diario el sustento y como premio final la misma máquina que allí se fabricaba.
Parece mentira cómo una actuación global hace que el aparente caos se disipe como si nada, ya que sólo se tardó 5 años (cuando habían estado casi 50 sufriendo toda clase de penalidades) en conseguir que cada habitante ráamniano poseyera una.
Después de esta etapa todo fue como la seda, pues habiendo aprendido la lección y no necesitando ya el trabajo, el mismo centro de investigaciones, donde Jáaic había estudiado, promulgaba el interés de que se utilizara el tiempo libre para la creación de nuevos inventos y de ahí salieron muchos de los que se gozaba actualmente.
Jáaic meneó la cabeza sacudiéndose los recuerdos pasados y habiendo terminado su café, devolvió el recipiente a la clonadora de alimentos; ésta se encargaría de su limpieza para su posterior utilización.
El café silkano, como todo lo demás, ya no existía. Muchas cosas quedaron atrás en el tiempo: como los niños. Se tuvieron que prohibir los nacimientos porque al pararse la mortalidad, la sociedad quedó inamovible en el tiempo sin envejecer y las mismas caras año tras año, creaba un problema de convivencia sin duda, por lo que se creó un sistema voluntario que cada 100 años permitía a los habitantes un cambio de vivienda, una vida nueva, como volver a empezar.
Jáaic no tuvo necesidad de dichos cambios; casi no salía de su domicilio, que como los del resto, habían constituido otro gran logro social. Eran simples pirámides de 40 metros cuadrados de base que levitaban a 5 metros del suelo gracias al Graviter. Sin duda este artilugio resolvió verdaderos problemas, ya que se utilizaba casi para todos los desplazamientos personales y de vehículos; además se integraban en cualquier elemento de la casa, adaptándose a modo de cama, sofá, silla e incluso escritorio. Un haz de luz láser era el encargado de dar forma a estos, digamos, muebles.
Las casas, todas iguales, quedaban esparcidas sobre terrenos llanos alejados de zonas montañosas o boscosas y, como la clonadora de alimentos, la sociedad había facilitado una para cada individuo, esto era igual para todos. Otra cosa era que se compartieran o no; lo habitual era que cuando una pareja de ráamnianos se “compenetraban” utilizaran una sola casa, hasta que decidieran separarse. Esto también era muy normal.
Las casas no estaban agrupadas a modo de urbe, sino esparcidas aquí y allá, no había limitaciones a modo de parcelas porque el suelo ya no era propiedad de los ráamnianos, sino de la flora y fauna existente, que por otra parte era bien vigilada y tratada para evitar así posibles peligros. El color exterior de las pirámides variaba según los gustos. Gracias a una pigmentación, las paredes de las pirámides, que eran de material transparente, se podían colorear a voluntad del inquilino. El interior variaba en prestaciones y comodidades según el grado de méritos del individuo, partiendo de lo más básico, que era una clonadora de alimentos y un desintegrador de materias para deshechos, hasta los más grandes adelantos sociales. Jáaic disponía de todos ellos, por ejemplo: el más apreciado por él era el sistema de pantalla informadora instalada a lo largo y ancho de una de las paredes del salón de la casa, que era una mezcla de todo lo referente a comunicación que hasta la fecha se conocía. Jáaic se introdujo en la ducha desintegradora de materia escaneada y se relajó hasta que su cuerpo quedó pulcro y limpio. Ya estaba listo para abrir la ventana al mundo exterior.
LOS CINCO

Jáaic se dirigió al salón y se dejó caer en el suspensor gravitatorio, relajado por la ducha anterior. En su cuerpo aún notaba una ligera vibración sedante. De repente la gran pantalla informadora se iluminó y empezó a escupir imágenes siempre de forma escaneada; todo era en directo, nada en diferido. En ella estaban conectadas millares de personas que habían alcanzado el determinado mérito social, sistema por el cual se podía acceder a la adquisición de bienes. Todas las imágenes eran emitidas por cada usuario y aparecían una tras otra. Jáaic se dispuso a parar una con el movimiento de su mano, que dirigió hacia un teclado que la pantalla de forma tridimensional ponía a su disposición, e hizo coincidir uno de sus dedos con uno de los apartados de mando. El salón era por lo tanto una terraza al exterior, la cual podía ser visitada por cualquiera.
Jáaic se dispuso a utilizar un simulador de vuelo de gravedad controlada, que se mostraba ahora en la pantalla, perfecto para dejar escapar algo de adrenalina, cosa muy necesaria.
Jáaic no daba crédito a sus ojos. Siempre había alguna que otra novedad introducida por algún usuario en juegos de recreación, pero éste sin duda sabía bien a quien pertenecía: había sido elaborado por Tráier, y era de agradecer, ya que se trataba del propio diseñador de la pantalla informadora.
habiéndose abolido cualquier tipo de pago por los servicios prestados, el sistema de la acumulación de méritos, eran los que recompensaban con los caprichos deseados.
Jáaic, con gran expectación, se sumergía ya en las imágenes aéreas que le llevaban a viejas construcciones de palacios y monumentos de siglos atrás; todo ello eran imágenes reales de la actualidad, lo que aún permanecía en pie de los reinos más significativos del planeta. Se hizo un gran esfuerzo colectivo por preservar dichas construcciones del paso del tiempo, ideando campos de fuerza que las envolvieran y las preservaran para siempre de la erosión y demás agentes externos. El único límite sería el impuesto por el propio planeta y su estrella gigante Tuut.
Se acercó a una inmensa pirámide, que era el centro de otras más pequeñas, y se dejó llevar por esas grandes y raras inscripciones que hasta la fecha todavía no se habían descifrado. Fueron hechas por una civilización que desapareció cuando Tuut hizo su gran cambio; se creía que ese cambio brusco los había hecho sucumbir.
En estos pensamientos, Jáaic se percató por el rabillo del ojo de que estaba recibiendo un mensaje parpadeante situado en una de las esquinas de la pantalla. Si se trataba de una llamada sin trascendencia, la eludiría simplemente; pero ésta le recordaba el papel que desempeñaba. Jáaic era el padre de la vacuna de la vida, el más responsable de esta sociedad actual si cabe, y por lo tanto tenía compromisos de los cuales no podía eludirse.
El manejo de la pantalla informadora se ejecutaba fácilmente a distancia a través de la indicación de un solo dedo de la mano, que se hacía coincidir en el aire con la casilla de mando deseada. Jáaic, sin moverse del suspensor gravitatorio en forma de sillón, cambió a modo de video-conversación. Donde antes había estado una pirámide pétrea con escrituras extrañas, apareció un rostro de mirada cansada (¡pero joven, claro!) dando la impresión solo de estar falta de horas de sueño; su clonadora de ADN así parecía indicarlo, pues no paraba de sonar.
-¡Tráier! -exclamó Jáaic con aparente alegría. En realidad sabía que Tráier no lo llamaba para comentar el juego recreativo de antes; así que, sin decir nada más, esperó a que se pronunciara.
-Jáaic, te necesitamos. Tenemos reunión, no te demores.
Jáaic asintió con la cabeza y vio que Tráier levantaba su mano haciendo coincidir uno de sus dedos con un apartado restringido de la pantalla, que sólo él, Jáaic y tres miembros más disponían por méritos propios acumulados. De forma ritual, sabiendo lo que suponía, se apresuró a repetir el mismo gesto. La pantalla de nuevo cambió a modo conferencial de alto secreto para decisiones del planeta Raám.
Éste era el sistema de gobierno planetario que se había ido imponiendo por ser sin duda el que mejores resultados daba, ya que sus integrantes no estaban elegidos a dedo, sino por méritos propios. Ellos habían hecho posible esta sociedad idílica sin problemas y preocupaciones, dejando lo básico cubierto.
Ellos decidían la fórmula a seguir para el bienestar global, respetando las voluntades particulares de cada habitante. Por lo tanto era necesario pensar a dos bandos: uno que beneficiara a los que siguieran la iniciativa y otro que beneficiara a los que no la siguieran. Esto era hacer lo correcto en la sociedad voluntarista a la que habían llegado.
Para tratar cualquier tema siempre se situaban al margen del problema para tener la visión más diáfana posible. Llegados aquí cada uno debía aportar su granito de arena, dando lo mejor de sí mismos para llegar a la solución adecuada.
A lo largo de sus vidas en conjunto, habían aprendido a conocerse y a saber quién era el idóneo en cada cosa, por lo que como en un equipo bien entrenado se tenían adjudicados diferentes papeles.
Los integrantes se dividían de la siguiente manera:
Dalla, por ser la creadora de las clonadoras de ADN y alimentos. Téel, por el gravitador y desintegrador de materia. Solla, por los sistemas de propulsión en Raám y espacio abierto.
Se encargaban ellos tres, por sus capacidades demostradas en el campo de la investigación, de aportar todos los datos y hechos que creyeran oportunos. Por otro lado estaba; Jáaic, que por motivos personales que solo el sabía, se convirtió en un estudioso de Raám y un observador analista de todo lo que iba aconteciendo, por lo tanto era el idóneo de elaborar con todo lo hablado la solución final. Tráier, último miembro, por su carácter inconformista y parcial, era el mejor para dar el visto bueno. Si Tráier no estaba conforme era síntoma de que se podía hace mejor, aunque en todos los años pasados, Jáaic siempre había dado en el clavo.

La pantalla informadora, con la última orden dada por Jáaic, quedó dividida en cuatro secciones, en las cuales aparecieron las imágenes de todos los integrantes y más abajo empezaron a acumularse datos y más datos que reflejaban el anuncio del problema que se debía tratar.
Jáaic los miraba ya a todos ellos, notando como Dalla con su amplia sonrisa le daba la bienvenida. Él le devolvió el gesto de forma particular y seguidamente miró a Tráier queriendo indagar con su mirada lo que pensaba; pero quedó impasible esperando que le aclarara la situación, a lo que Tráier tuvo que acceder:
-Durante 500 años la vida raámniana ha transcurrido sin preocupación alguna manteniéndose fiel al uso de la clonadora de ADN, pero de aquí a 50 años atrás se ha ido notando como ciertos sectores propagaban la idea de dejar de usarla para que el tiempo les tocara hasta su fin.
Jáaic sabía muy bien de qué hablaba, ya que a algunas personas el tiempo les había dejado sin alicientes y optaban por aniquilarse para descansar de ese estancamiento. Esto era algo que Jáaic parecía haber estado esperando: el rechazo a la inmortalidad ¿Sería el camino que seguir?
En la pantalla volvían a acumularse datos, pero esta vez de hechos que daban fe de sucesos ocurridos en los diversos sectores del planeta.
-Vaya, dirìase que sólo vamos quedando los cobardes, ¿verdad? -ironizó Jáaic.
-Puede ser -contestó Tráier-. Poco a poco nos han ido abandonando personas que optaban por dejar de usar la clonadora de ADN. Al principio, por ser una minoría, pasó desapercibido, pero ahora parece una plaga, ya que no son personas aisladas, sino comunidades enteras que envejecen e invitan a vecinos próximos a seguirles. Por lo cual, sin nacimientos, nos podríamos ver en la extinción de la raza raámniana.
Dicho esto, Tráier hizo una invitación para que se entrara en materia. Los primeros fueron Solla y Téel que ofrecían una tesis conjunta.
-Bueno he de decir que Téel y yo, nos hemos interesado por el perfil psicológico y modo de vivir de estos raámnianos. Esto nos ha dado como resultado, el encontrar en todos ellos varios puntos en común.
-Son raamnianos muy anclados en antiguas creencias espiritualistas viviendo todos estos siglos con la singular esperanza de que un ser superior los llevaría a no se sabe dónde, bueno he de comentar que en esos tiempos remotos se decía que los elegidos, y ahora expongo las palabras textuales de ciertos libros, que muchos de ellos conservan y no dudaron en enseñárnoslo, “Serían conducidos al cielo”, expresión utilizada no como el significado literal que tiene, sino como aludiendo a un lugar realmente fantástico donde las rudezas, penalidades y enfermedades no existían y los “Elegidos“ se verían libres de la gravedad raamniana, gracias a la ayuda de unas grandes alas de “pájaro”, una forma sin duda de ver las cosas en una época atrasada tecnológicamente, en la que los logros constitucionales de los animales era lo más sublime.
Aquí Solla dejó escapar su crítica personal de esos días en que se creía, que vencer la gravedad sólo era posible mediante un impulso a cierta velocidad, tal y como lo hacían los pájaros.
Solla, como científica en este campo, tenía cierta indignación. Ella siempre decía a sus alumnos, que para desarrollar cualquier tecnología, estaba prohibido tener como base un logro ajeno porque te limitaba a intentar ver las cosas de otra forma. Por eso nunca aceptaba trabajos rectificados o mejorados por otro que no fuera el inventor originario. Solía decir también que eso fue la causa del estancamiento de los primeros comienzos tecnológicos, ya que no se molestaron en superar sus problemas con tecnología propia, sino que teniendo como base los logros de la naturaleza, los copiaban y perfeccionaban hasta el grado máximo pero al final, eso era lo que tenían, una copia de lo que ya existía en la naturaleza.
-Hace mucho tiempo atrás, -siguió hablando Solla- esta forma de pensar espiritualista, sufrió un sospechoso cambio, ya que la visión idílica de ese paraíso, es muy similar a lo que ya se esta viviendo y sin embargo la felicidad supuesta no llegaba, por lo cual se inclinaron a pesar que la muerte olvidada era el camino obligado como puerta a ese final esperado.
-¡Sí! –Cortó Téel enérgicamente, seguro de que, como en una ópera, era su momento de intervención-. Tenemos pues raámnianos que viven con lo indispensable sin tener interés por la tecnología, mostrando solo apoyo social en ayudas de carácter emocional.
Paró en seco, y con un gesto cedió de nuevo la palabra a Solla.
-Realmente podemos asegurar que ninguno de ellos ha intervenido en los propósitos del centro de investigación en ninguno de los diferentes campos de estudio. Estaríamos hablando de raámnianos inseguros de ellos mismos, desesperanzados y necesitados de una figura paterna o materna que los libere de su impotencia ante la falta de interés hacia la vida -aquí Solla volvió a sacar su sentido crítico para enmarcar a dicho colectivo-. Y visto esto, - Solla notó como Jáaic con esta última crítica mostraba algo de asombro, por lo que decidió concluir– y aunque en apariencia esta forma de actuar va en aumento, he de decir que está limitada exclusivamente al grupo de raámnianos ya estudiados con tales características, por lo que no hay motivo para pensar que esto puede suponer una plaga psicológica para otros colectivos. Podríamos dejar claro que...
-Gracias Solla, gracias Téel, -cortó Tráier con la intención de que el comentario no fuera visto como demasiado crítico- estas son personas desengañadas de la vida por sus creencias y por lo tanto harán todo lo posible para que todo se cumpla, ya sé que es difícil orientar sus inquietudes pero quizás incentivándoles de alguna manera haría que volvieran a sentirse otra vez con la ilusión por vivir.
Jáaic se mantenía al margen esperando la intervención de todos, Tráier sabía que posiblemente ya tuviera una solución, pero no se la pediría hasta el final como era costumbre. Dalla entraría en el debate esta vez.
-He centrado mi atención precisamente en saber cuales podían ser sus anhelos. La contestación encontrada siempre ha sido la misma o similar en todos ellos: tienen la tristeza de haberse sentido siempre vacíos, necesitados de amor, como bien dijo Solla, paternal o maternal, pero también necesitados de dar ese mismo amor a algo propio, como un hijo; por lo tanto ese sería su anhelo, tomada ya la decisión de morir, desearían que su descendencia continuara por ellos, eso sería para ellos lo más grande.
Dalla, al decir esto notó un fuerte escalofrío por todo su cuerpo, haciéndola comprender que esta era en parte también su verdad oculta, tener un hijo, aunque no con el premio de la muerte ya que no compartía la creencia de esa existencia posterior.
Jáaic miró a Dalla y le dejó entrever que había dado en el clavo. Tráier observando el gesto de Jáaic se apresuró a decir:
-¿Una vida por otra? Como solución no está mal, pero poco estudiada, se podría mejorar -ahora Tráier se dirigió con sus palabras a Jáaic-. No hay que olvidar que esto podría suponer que una vez conseguido el propósito de ser padres decidieran no seguir con su idea principal de la interrupción de sus vidas, con lo cual provocaría descontentos en otros raámnianos por desear ser padres también pero sin la necesidad de morir-. Dalla miró fijamente a Tráier pensando que había adivinado sus pensamientos y luego se ruborizó al verse sorprendida por Jáaic, dicho cruce de miradas solo duró micras de segundo, pero a Dalla no le pareció así, sino que por momentos le parecía entrar en un trance de difícil salida, pero milagrosamente salió comprobando que Tráier continuaba en su comentario-. Nuestra sociedad actual se rige por actuaciones voluntarias sin imposiciones de ningún tipo, por lo que nada podríamos hacer llegado el caso. Por otra parte llevamos milenios sin ningún cambio y nuestros habitantes están ya acostumbrados a una vida tranquila, que difícilmente un nuevo ser podría aceptar y esto si que podría representar un problema serio que podría desembocar en situaciones de conflicto, digamos, entre raámnianos de miles de años y otros que desearían imponer sus propias ideas de sus años jóvenes que serían bien diferentes, seguro. ¿Jáaic? - ahora sí, Tráier necesitaba implicar al último integrante de los cinco, pues sabía que él y no otro tendría la respuesta.
Jáaic asintió y cerrando los ojos unos segundos, los abrió encarándose con todos.
-Milenios atrás puse freno a la muerte y aún ahora me pregunto si cometí un error. La misteriosa muerte fue vencida pero ¿Qué era? ¿El final? ¿Un descanso, en espera de un nuevo nacimiento? ¿O un paso hacia otro lugar? Según creencias arcanas, se vivía una y otra vez hasta la perfección de lo que llamaban alma, que venía a ser como el verdadero conductor de nuestro cuerpo material. O sea que el cuerpo solo representaba el vehículo para poder experimentar en este universo material y al deteriorarse por el paso del tiempo, se pasaba por la dicha muerte que sería un periodo de espera hasta el nacimiento de otro cuerpo. Esta explicación supone comparar la muerte con un simple sueño nocturno, siguiendo la vida al día siguiente.
-Si la misión de dicha alma era la perfección a través de experimentar en este universo material, la muerte representa un retraso en ese proceso ya que sólo daba al cuerpo una vida útil de experimentación de poco menos de 100 años, produciéndose además en ese tránsito el olvido de la vida anterior, que sería como olvidarse siempre del curso anterior al iniciar uno nuevo, o sea empezando de cero, con unas bases mejores eso sí, pero el proceso evolutivo era lentísimo. Y yo me pregunto, ¿cuándo se podría decir que el alma llega al punto de perfección?, seguramente sin miedo a equivocarme, sería cuando el alma consiguiera que tal experimentación diera unos resultados perfectos. Al romper con el proceso tedioso de la muerte hemos acelerado ese aprendizaje, llevando mil años con dicha perfección. Sólo nos quedaría el último paso que de momento desconozco. Pero si la globalidad es la que lleva a todos los seres al acierto ¿Qué pasó con todos los que murieron milenios atrás?, al cerrar nosotros el proceso de natalidad ¿Siguen esperando? ¿Les hemos negado su punto de perfección?. Creo que hemos sido egoístas parando la natalidad, eso lo sabemos, pero, ¿hasta qué punto nos va a repercutir?. Si nos hemos equivocado según las leyes universales de la globalidad, iremos al traste tarde o temprano.
-Pero, por otra parte ¿esta forma de pensar es la correcta?, otras creencias lo ven sin embargo desde otro aspecto, creyendo que después de la muerte se evalúa el grado de positivo y negativo del individuo yendo a engrosar las filas de un bando u otro, para luego en el final de los tiempos realizar una cruel batalla cuyo objetivo era el control del universo.
Tráier lo oía y verdaderamente de sentía mal. La angustia que tenía ya empezaba a ser insoportable ¿Cómo podía Jáaic pensar que la enfermedad de la muerte tenía algún propósito? Tráier no lo consideraba así, pues para él esas creencias eran salidas de pensamientos atrasados e incultos y Jáaic no debía tenerlos en cuenta. Por lo tanto, viendo que se daba una pausa en su discurso, decidió cortarle.
Jáaic, el haber cortado con la muerte nos ha hecho grandes tecnológicamente por no estar limitados por el temido pensamiento de que la muerte, hiciéramos lo que hiciéramos, iba a ser nuestro final. Así pues, la conservación de nuestro entorno ha sido nuestra principal meta, junto con las relaciones entre todos los habitantes de Raám que son inmejorables, y vuelvo a repetir que esto es gracias a haber eludido esa gran losa que era la muerte, provocadora de egoísmos, ansias y desconsideraciones hacia los demás. Creo que esta forma de pensar no la has planteado aún.
Jáaic lo miró con expresión de media sonrisa y continuó.
-Ciertamente, y tú ya lo has hecho, por lo cual expondré las dos posiciones que ahora se plantean. ¿cuál es la correcta? No importa, nuestra sociedad lleva milenios de logros y bienestar por haber existido la globalidad en la forma de pensar y actuar, todos a una, por saber por experiencia que todos tenemos que llegar a la meta en las mismas condiciones y no a costa de los demás. Obviamente en estos momentos quedan descubiertas dos posturas a seguir. A mi modo de ver, el universo encierra una dualidad en todas sus facetas: se trata del bien y el mal. Esto es causa de conflicto interno el la materia provocando creación o destrucción. Nuestra sociedad actual ha eliminado todo el lado negativo produciendo en todo momento siempre creación; pero la faceta creativa bien entendida no se centra en los asuntos tecnológicos sino en la propia vida, esa a la que hemos dado la espalda hace miles de años.
Gotas de sudor resbalaban ahora por la frente de Tráier, sabiendo que la fuerte crítica hecha por Jáaic no podía ser contrariada por cierta.
-Necesitamos –continuaba Jáaic- encontrar formas de actuar que beneficien al cien por cien las dos posturas; estas son siempre las pretensiones en todas nuestra decisiones. Por un lado tenemos un colectivo de raámnianos que optan por desconectar su clonadora de ADN para poner fin a su vida, pero que tienen sin embargo el deseo de dejar su descendencia en su lugar; y por otro lado, un colectivo que se asusta de esta decisión por considerarla contagiosa y por otro lado temer que los nuevos nacimientos traigan el caos a la armonía existente.
Tráier volvía otra vez a respirar. Dalla, sin embargo, mostraba un extremado nerviosismo, como queriendo conocer el final. Solla y Téel parecían abstraídos en sus pensamientos dándole vueltas a los comentarios que Jáaic iba planteando.
-Sólo hay una manera posible de agradar a las dos partes –sentenció Jáaic-.
A Tráier le volvió la angustia. Dalla se crispó más aún si cabe. Solla y Téel despertaron de golpe de ese letargo mental en el que tan gustosamente estaban sumidos. Todos ellos notaron el cambio de expresión de Jáaic, que ahora se tornaba seria e inapelable. Tráier sabía que Jáaic dejaría saber ahora su solución ya que siempre había actuado igual a lo largo de todas las intervenciones en los cinco habían tenido que actuar y siempre sin equivocación “apreciable”.
Jáaic se dirigió a Solla, sorprendiéndola bastante a la vista de su sonrojez.
-Solla, tengo entendido que un posible viaje por el espacio exterior no representa ningún problema técnico, ¿es cierto?.
Solla sabía que la pregunta que Jáaic le hacía no era por desconocimiento o ignorancia del tema, puesto que le constaba que él siempre había estado interesado en las pruebas realizadas y en más de una ocasión la había cosido a preguntas. Solla recordó:
¿Tienes previstos viajes tripulados? ¿Qué velocidad se ha alcanzado? ¿Se ha constatado si es cierto que viajar a velocidades cercanas a la luz provoca cambios temporales entre el sujeto que realiza el viaje y su origen? ¿Qué posibilid...
-¿Solla? –Instigó Jáaic.
Solla dio un respingo, viéndose sorprendida en sus recuerdos y se dispuso a contestar.
-Sí, Jáaic, ningún problema. La técnica utilizada con totales resultados es la inversión de los haces de luz emitidos por cualquier estrella. Tenemos que una vez atrapados dichos haces por nuestra espacio-nave, cambiados el sentido, estos tiran de ella a una velocidad un poco por debajo a la de la luz en su regreso a su punto de origen, pudiendo variar y cambiar la marcha de la espacio-nave según se utilicen los haces de luz de una u otra estrella. Se han hecho pruebas con espacio-naves tripuladas por especies vegetales , las cuales fueron adaptadas con sistemas de supervivencia, siendo un total éxito quedando también constancia de la diferencia temporal sufrida entre las especies vegetales que viajaban y otras que de igual tiempo quedaban con nosotros. Para la comprobación de este hecho se envió una espacio-nave con semillas de árboles a un año luz de distancia y se comprobó a su regreso que todos ellos habían sufrido el paso de dos años en su crecimiento. Lo sorprendente fue que la espacio nave tardó 50 años raámnianos en regresar, evidentemente los árboles que aquí quedaron tenían esa edad. Lo que se desprende que un año luz supone un viaje de 25 años de ida y otros 25 años de vuelta , que son los 50 años de espera aquí en Raám y tan solo un año solo de ida y otro de vuelta para el pasajero de la espacio-nave. Esta regla la hemos comprobado y se mantiene variando la distancia del viaje.
Solla paró, observando que Jáaic quería volver a intervenir.
-Entonces, Tráier, aquí tienes la solución: Los que deseen la procreación de nuestra especie para luego decidir y digo decidir porque será a su entero criterio la decisión de interrumpir su vida, se embarcarán en una espacio-nave con destino..., ya lo decidiremos, y por otro lado los que deseen la tranquilidad ahora existente se quedarán aquí en Raám.
-Yo, lo dejo claro en este instante, y mi decisión es muy posterior a esta reunión, encabezaré dicha expedición. –Jáaic clavó en ese instante su mirada en Dalla.
Tráier, comprendiendo que era ésta y no otra la solución al problema, asintió con la cabeza. Dalla quedó prendida de la mirada que Jáaic le hacía y mirándolo fijamente declaró que ella también se apuntaba a esa odisea, aunque se le notaba claramente que era una decisión un tanto precipitada, Solla junto a Téel se sentían bastante cómodos con la solución dada. El grupo de decisión de los cinco se disolvería ahora a la espera de ir dando cuerpo al nuevo proyecto que sin duda aún tardaría pero a Tráier ya le hacía mella, quedándose con un rostro entristecido. Las pantallas volvieron al modo visual particular de cada uno y Jáaic volvió a sumergirse en esas imágenes de bellas estructuras tridimensionales, pero su mente quedaba anclada claramente en otro sitio. Dalla le resultó verdaderamente turbadora, se diría que le resultó diferente, pero no quiso saber más quedando nuevamente abstraído.
LA ODISEA (1)

Por el rabillo de su ojo derecho Jáaic notó cómo la débil luz de Tuut entraba por su retina despertándole y la imagen que descubría era la de un horizonte liso y perfecto. Se incorporó un poco para tener una visión desde un punto más elevado y descubrió que se trataba de Dalla, que despierta también le miraba con gesto sonriente.
-Buenos días, Jáaic. ¿Has dormido bien?
Jáaic no conseguía centrar su visión y la voz de Dalla le sonaba aún muy lejos. Sin poder evitarlo se desplomó, ocultándose de nuevo la claridad de Tuut; cerró los ojos y su mente se volvió a perder, pero esta vez con una ligera conciencia en la cual empezó a recordar el momento en el que el y Dalla juntaron sus vidas convirtiéndose en pareja, pero no duró mucho el recuerdo porque un fuerte zarandeo le trajo nuevamente al nuevo día, el gran día esperado.
-Pero, Jáaic ¡cómo te atreves! –le dijo Dalla en tono cariñoso- Llevas tres años levantándote puntual como una flecha para ir al centro de investigaciones y hoy precisamente que es el día de partida, pareces derrotado.
Jáaic se retorcía perezosamente.
-Pues no te lo voy a permitir. Hoy estoy más nerviosa y asustada que nunca. –y encaramándose sobre sus espaldas le zarandeó nuevamente.
-Sí, sí, está bien, tú ganas. –Imploró Jáaic.
-¿Seguro? –Dalla aflojaba ya su placaje devolviéndole la libertad.
-Creo que sí. –Dicho esto se incorporó torpemente- Tendré que ponerme a la altura de hoy pero con calma, debo evitar nerviosismos innecesarios.
–Jáaic sabía que todo el peso de esta odisea estaba a su cargo y auto controlarse era algo que no le suponía ningún esfuerzo. Hizo unos estiramientos y se encaminó a la sala del desintegrador escaneado para su pulcro aseo personal. Lo puso en funcionamiento y en seguida empezó a notar la vibración por todo su cuerpo.
Dalla, al poco, pegó un brinco del suspensor a modo de canapé y se dirigió a la clonadora de alimentos. Allí se eligió para desayunar tostadas integrales y leche de rumiante para beber; la clonadora tardó bien poco en elaborar lo pedido, sus activadores celulares trabajaban sin cesar y al cabo de 5 minutos Dalla recogió lo pedido depositándolo en el suspensor a modo de mesa, y volvió hacia la clonadora pero esta vez para encargar un café silkano para Jáaic. Hecho esto se dirigió también al desintegrador escaneado, Jáaic salía en esos momentos con mejor aspecto.
-¿Me toca? –Dijo Dalla- Tu café se está preparando, estaré enseguida . – y se introdujo en el habitáculo.
-¿Te has preparado... –Jáaic quedó con la pregunta a medias, ya que vio que el desayuno de Dalla ya se encontraba en el suspensor, y sonriendo para sí, se quedó montando guardia junto a la clonadora a la espera de que su café estuviera listo. Hoy lo necesitaba.
Al poco, los dos desayunaban disfrutando de las vistas que Raám les proporcionaba.
-Jáaic ,estoy asustadísima. Hoy saldremos de Raám hacia lo desconocido, ¿Por qué Solla no nos ha dicho todavía el destino o la duración del mismo?
-Bueno, el tiempo sí que lo sé, se trata de una distancia de 500 años luz, suficientes para concretar el posible asentamiento, sin embargo aquí en Raám tendrán que esperar 25.000 años para saber de nosotros.
-¿Cómo es eso, explícamelo? –Interrogó Dalla.
-Cada año luz representa 25 años de espera aquí en Raám, por lo tanto los 500 de nuestra ida más los 500 del regreso de la sonda de información que les enviemos una vez allí representan 1000 años luz, por lo cual 1000 por 25 son los 25.000 años de espera. Pero eso no es todo, está previsto que desde aquí, nos vuelvan a enviar de nuevo la sonda de información con su parecer de todo lo descubierto, por lo tanto esto representará para nosotros esperar esos 25.000 años, para recibir la contestación, terminada esta parte, nosotros dos volveremos a Raám dando por zanjado el primer transporte.
Conclusión, -seguía Jáaic con la densa explicación- haremos un viaje ida y vuelta de unos 26.000 años, mientras que aquí en Raám la espera será de 50.000 años. –Jáaic se quedó mirándola viendo su perplejidad y le dijo- Te agradezco que estés conmigo en esta aventura, sé que nunca lo has tenido muy claro.
-Bueno yo, -Dalla daba signos de querer eludir la sugerencia que Jáaic le hacía, pero no pudo- esto, creo que mi forma de pensar es la misma que la de todos los que van a realizar este viaje, sólo que el pánico a lo desconocido me hace dudar.
-Jáaic la puso a prueba- No quisiera, pero creo que lo comprendería si dieras marcha atrás. Todavía estás a tiempo.
-No, no voy a dejar que te escapes de mí. –Sonrió Dalla pícaramente.
A Jáaic no le podía haber echo más feliz la contestación; el sentía lo mismo y así se lo dejó ver con su mirada.
-¿Nos vamos? –Le dijo Jáaic ofreciéndole su mano. Dalla de forma coqueta le tendió la suya.
Estos tres años que habían pasado desde la última reunión de los cinco fueron de vértigo, ya que no se paró ni un momento en la realización del proyecto. Todo se hacía en las inmediaciones del centro de investigación de Raám, bajo la supervisión de Tráier, Solla y Téel, y la distribución del trabajo por Jáaic y Dalla.
Todo el planeta se movilizó, implicándose más de lleno los propios viajantes de la espacio-nave, que eran un total de 1.000.000 agrupadas en parejas ya formadas, o sea 500.000, cifras bastante respetables considerando que en todo Raám sólo había 20.000.000 de habitantes y no eran pocos, puesto que Raám estaba compuesto de un 85% de extensos mares de agua y el resto eran tres islas, una grandiosa central en la cual se encontraban ahora y dos más pequeñas una a cada lado.
Así pues la gran espacio-nave se extendía a lo largo de 5 Km en círculo. Estando toda ella compuesta de diminutas esferas de 20 metros de diámetro cada una, estando destinadas a los compartimentos individuales, con lo cual habían 1.000.000 de esferas. Esta disposición era para continuar con la misma libertad que en Raám se disfrutaba, que eran las voluntades individuales dentro de la globalidad. Cada una en su interior disponía de 10 metros de diámetro que era lo realmente habitable, el espacio sobrante entre una y otra esfera eran los utilizados como pasillos circulares para el acceso entre esferas.
Todas estaban agrupadas en circulo en dos planos horizontales paralelos entre sí siendo su centro otra esfera más grande de 2`5 Km de diámetro. La espacio-nave tenía la forma de huevo frito, o eso es lo que a Jáaic le parecía a primera vista, el cual, en compañía de Dalla, ya la divisaba desde lejos. Ellos estaban utilizando una de aquellas pequeñas esferas para su desplazamiento, más que nada para irse acostumbrando ya que con el graviter en su cinturón podían volar libremente a cualquier lugar, estas esferas como no podía ser de otra manera según la filosofía raámniana, eran independientes unas de otras en la espacio-nave una vez asentados en un planeta cualquiera; no era así fuera de éste, dónde tenían que viajar todas apiñadas a la esfera central, la cual la formaban tres esferas más pequeñas en su interior. La más grande, se situaba en la parte inferior y era de 2 Km de diámetro, estaba destinada a sala de encuentro y ocio para todos los viajantes. Esta a su vez tenía en su interior cinco más dispuestas una dentro de otra, en las cuales se repartían miles de pantallas informadoras que serían las encargadas de mantener a los viajantes distraídos. Las otras dos restantes en el interior de la esfera central eran de 500 metros de diámetro y eran las poseedoras de un tractor de haces estelares cada una, eran por lo tanto las esferas de mando de la espacio-nave.
A la pequeña esfera que Jáaic y Dalla utilizaban le salía un aro a todo su alrededor que era el estabilizador en el control gravitatorio en vuelo; pero ya desaparecía, introduciéndose en su interior, porque habían llegado a su destino. La pequeña esfera maniobró para situarse en el espacio desocupado por ella el día anterior, lugar éste, pegado a la esfera central.
La espacio-nave en el llano donde se encontraba, levitaba a 100 metros del suelo y toda su construcción se realizó en esa gravedad controlada; fue todo un espectáculo ver a los trabajadores en días anteriores pulular por toda ella.
Ahora ya, la maniobra de la pequeña esfera concluyó quedando encajada por cuatro esferas en su mismo plano, una más por el plano inferior, y la gran esfera central por el resto. Con la orden oportuna desde la esfera de mando, la pequeña esfera quedó completamente comunicada por los puntos comunes a las otras esferas. Esto era posible gracias al metal utilizado que era reactivo a este contacto, produciéndose el efecto de la unión de las pompas de jabón; pero además el metal se contraía produciéndose la abertura.
Jáaic y Dalla salieron del habitáculo de mando de la pequeña esfera al pasillo, aquí se encontraron con gravedad cero para la mejor comunicación entre las diferentes puertas de acceso de las esferas colindantes. No se veía a nadie.
Se dirigieron a la puerta de acceso de la gran esfera central y una vez allí ascendieron en gravedad cero hasta su cúspide para adentrarse en una de las esferas de mando donde Tráier, Solla y Téel les esperaban, la gravedad también volvió a la normalidad.
-¡Jáaic!¿Dalla? –Les saludó Tráier con gesto amable inclinando su cabeza- ¿Qué tal os encontráis hoy?
Dalla se apresuró a comentar su alta excitación desde que se levantó. Jáaic y los demás sonrieron. Jáaic además añadió:
-¡Por los cuatro planetas! ¡Solla! –Se dirigió a ella con tono de ruego desesperado- ¿Esperas a que marchemos para comunicarnos nuestro destino? –Jáaic con su pregunta puso un toque gracioso para aliviar tensiones, sabiendo de antemano que eso no lo haría en la vida.
Esto era lo único que Solla mantenía en secreto del proyecto. Alegó miles de veces que no lo diría hasta el último día y éste había llegado ya. Quedaba claro que en estos momentos Tráier y téel ya estaban enterados.
No, Jáaic. Acomodaos. –Solla hizo un gesto a los cuatro para que se sentaran en varios suspensores que aparecían ahora, iluminados en forma de sofás por la gracia de rayos láser. Solla acomodándose también empezó la explicación.
Bueno, creo que os va a maravillar. Como ya os dije una vez, -se dirigió a Jáaic, Tráier y Téel- el destino del viaje se encontraba a 500 años luz.
En la pantalla informadora se reflejaba su galaxia en forma de espiral y quedaba indicada la posición de su estrella Tuut.
-Aquí estamos nosotros, -con esas palabras observaron que del punto de origen que era Tuut, salía una línea de trayectoria curva con destino, de la parte media del brazo de la espiral al extremo de este, Dalla esperó que la línea parara para continuar.
La línea se paró y quedó en un recuadro que empezó a aumentar, Dalla prosiguió su explicación:
-Lo que aquí vamos a encontrar son estrellas jóvenes de nuestra galaxia y... –La secuencia de zoom iba llegando a su fin.- bueno, aquí la tenéis: es una estrella de tipo mediana alrededor de la cual giran 9 planetas.
La imagen ya no podía aumentar más, pero quedaron remarcados los planetas en forma de puntos diminutos.
-Por su cercanía con respecto a esta estrella, -siguió comentando Solla-, el tercer y cuarto planeta son los más predispuestos para la vida, pero es de difícil comprobación hasta que nos os encontréis más cerca. ¡Ah! –exclamó como olvidándose algo de lo ya dicho-, me he tomado la libertad de bautizar esa estrella, espero que el nombre sea de vuestro agrado, ya que será la nueva cuna para la raza raámniana, -hizo una pausa solemne y a continuación dio a conocer el nombre misterioso.- el nombre para la estrella es Sool.
Jáaic y Dalla se miraron, volvieron a mirar a Solla y Jáaic le dijo:
-Solla, es precioso. No podías haber elegido mejor: estrella Sool –volvió a repetir Jáaic solemnemente para darle grandeza-, haremos que llegue a significar tanto como Tuut lo ha sido hasta hoy para nosotros. Los nuevos raámnianos de Sool y sus generaciones venideras nunca olvidarán a Tuut, yo me encargaré personalmente que así sea.
Dicho esto los cinco se abrazaron efusivamente comprendiendo que ahora sí, era el último gesto de despedida. Tráier, Solla y Téel cruzaron miradas con las de Jáaic y Dalla, queriendo retener ese momento, y al poco salieron de la esfera de control, dirigiéndose a la parte inferior de la esfera central. Una vez allí salieron de la espacio-nave ocupando un pequeño vehículo que levitaba por debajo de esta. Sin más el pequeño vehículo salió disparado alejándose. La espacio-nave en breve partiría.
Todos los viajeros se encontraban en sus esferas desde el día anterior haciendo una gran celebración como despedida. Ahora estaban preparados, esperaban la marcha.
El millón de pequeñas esferas estaban todas ocupadas, pero esto pronto cambiaría durante el viaje, ya que todos hacían pareja, aunque sería decisión particular el compartirlas o no, teniendo toda la libertad personal de elegir lo correcto o incorrecto, la sabiduría raámniana debía tener la clave del acierto o no estarían donde estaban.
La gran espacio-nave esperó aún 6 horas raámnianas en iniciar su viaje. Esto fue debido a que decidieron esperar a que Tuut se ocultara por el horizonte, el último ocaso, simple sentimiento de pena. La demora llegó a su fin y la espacio-nave empezó su movimiento ascendente, Jáaic y Dalla estaban dirigiendo todo el proceso en sendos suspensores frente a las pantallas de mando, que se situaba dos niveles hacia arriba.
La esfera de mando tenía cuatro niveles. Empezando por abajo, estaba la entrada que daba paso a una simple sala de acogida. Luego seguía la sala de reuniones donde anteriormente los cinco hicieron la despedida; y más arriba, la sala habitada por ellos dos. La última era donde ahora se encontraban (había otra pero era la destinada al tractor de haces estelares).
La espacio-nave seguía su evolución ascendente. Las pequeñas esferas empezaron a replegarse hacia la gran esfera central de 2´5 Km. de diámetro, apiñándose unas con otras dejando ahora a la espacio-nave con una apariencia ovoidal, quedando la gran esfera central, sólo descubierta por la parte donde se encontraba el tractor de haces, al igual que el iris del ojo raámniano.
La espacio-nave salió de la atmósfera de Raám y quedando estática empezó a girar lentamente buscando con su ojo la estrella Sool. Una vez encontrada, volvió a quedarse estática. Se producía un nuevo momento crítico ya que era éste el momento verdadero de la despedida, por lo que antes de partir Jáaic creyó oportuno reunir a todos los viajeros en la esfera central de pantallas informadoras. Esto se produjo con bastante rapidez ya que al estar todas las esferas apiñadas, la más alejada no distaba más de 100 metros.
En el espacio exterior cada pequeña esfera conservaba su propia gravedad en la parte habitable, no siendo así la destinada al acceso entre esferas, que quedaba con gravedad cero para mejor accesibilidad.
Jáaic calculó una media hora por su reloj temporal, hora de Raám, naturalmente; ésta sería la medición del tiempo durante todo su viaje, más que nada por nostalgia, ya que sabía que sería muy distinto el tiempo que transcurriría en Raám y que llegados a la nueva estrella tendrían que acostumbrarse a otros nuevos ciclos del nuevo planeta elegido.
Cada esfera podía estar conectada a 17 más, por lo que el tiempo estipulado por Jáaic era el correcto para que todos los viajeros concluyeran sus diferentes caminos hacia la esfera central. El tiempo se agotó con lo que se dispuso a dar un mensaje ceremonial.
En otro lugar...
-Jáaic, me tienes intranquila, -decía Dalla- siempre me has esquivado la pregunta del porqué tú sentiste la necesidad, de que esta odisea se llevara a cabo, que secretos escondes todavía que no me puedes revelar. Yo, siempre he sido sincera contigo ¿qué es lo que esperas que pase?
-Quizás, espero a un fantasma, -medio bromeó Jáaic- creo que te decepcionaría mi verdad, pero creo me mereces saberla, ya que al fin del cabo, llegado el momento, como yo, tú tendrás que enfrentarte a un mismo destino.
-Todo lo que he sido, -Jáaic empezó a hurgar en su pasado- fue gracias a algo irreal que me ocurrió en un sueño hace ya tres mil años, y eso es precisamente lo que persigo, que ese sueño se haga real por fin.
Dalla no entendía, por lo que pidió a Jáaic que se lo aclarara. Jáaic continuó:
-La vacuna del ADN no la descubrí yo -Jáaic bajó la mirada avergonzándose-. Ocurrió una noche, me desperté notando como si dejara mi cuerpo físico, pareciéndome como si aquel cuerpo ya no me perteneciera, era muy raro porque lo que sentía era sorprendente, pues presentía que ese estado era el originario de mi ser y el que realmente me pertenecía, haciéndome sentir más vivo que nunca, percibiendo cosas hasta el momento nunca sentidas, notándome como parte integrante en el universo. Quiero decir con eso, que era como si el universo y yo fuésemos una misma cosa, estando a mi alcance todos sus secretos, mas bien era, que no había tales secretos. Pues bien, en ese estado fui llevado, sin yo apreciarlo, a un lugar donde me encontré en presencia de un ser extraño de noble apariencia; de ojos pequeños, vellosidad en su cabeza y parte inferior de su cara, de piel clara; su mirada era tierna hacia mí, y despedía una luminosidad interna que me hacía sentir una gran paz interior. Este ser me habló con estas palabras:
-Me llamo Obbo y te he traído hasta aquí para hacerte partícipe del secreto que mi raza ha estado guardando miles de años. Ahora, comprendiendo nuestro destino, he decidido, que ha de ser legado a la siguiente raza, o sea, la tuya. Te he elegido a ti para el relevo, como antaño lo fui yo, aunque lo había borrado totalmente de mi memoria. Esto te supondrá un sacrificio tremendo, pues llevarás sobre tus espaldas el sentimiento de culpabilidad de ver como tu mundo entra en la catástrofe social más grande que hasta ahora hayas conocido.
-Este secreto que te doy es un bien de incalculable valor para cualquier ser viviente; pero también un arma de doble filo, ya que es una aceleración de acontecimientos, que promoverá en tu raza todas sus características negativas, provocando el caos. Tiene que ser así, pues llegados a este punto, empezaréis a comprender que no iréis a ninguna parte sin un pensamiento global. Esto sin duda es lo que os abrirá todas las puertas hacia la madurez de la existencia. Tú serás testigo de todos estos acontecimientos, y espero que llegado el momento vislumbres el sentido de la vida que es común para todos los seres. Llegado ese momento al igual que yo, sabrás que hacer, ten paciencia pues todo ha de llegar con una madurez en vuestra convivencia, y eso puede tardar muchísimo, sé observador de tu raza, recuerda que la globalidad es el camino, pero ten presente que este valor se ha de llevar por dentro, nunca impuesto. Ahora prepárate para recibir este conocimiento...
-Todo esto lo recuerdo como si hubiera sucedido hoy mismo. –Comentaba Jáaic.
Jáaic cayó y esperó. Dalla estaba perpleja ante todo lo contado, dando muestras de que le costaba asimilarlo. Jáaic dejó pasar unos segundos y siguió con su relato.
-Me hizo entrar en un estado de conciencia en el cual se me reveló todo lo relacionado con mi propio trabajo en los laboratorios de Raám: eran fórmulas que hubiesen sido imposibles de aplicar sin los conocimientos que me eran dados. Supuso la clave para el descubrimiento, que esa misma mañana se hizo realidad ante mis ojos: creé la vacuna del ADN, la causante de toda nuestra evolución en tan corto espacio de tiempo. ¿Lo comprendes ahora?
Dalla callaba aún sin saber que decir.
-Ese ser me predijo todo lo que tendría que suceder y que llegaría el momento en que yo tendría que coger las riendas del destino de nuestra raza. Llevamos tres mil años de armonía y prosperidad gracias al sentimiento de globalidad, pero al igual que todos los viajeros de esta espacio-nave, he estado todos estos años, esperando una señal, pero no divina, sino la que me pondría a la cabeza del futuro de nuestra raza, como aquel ser me indicó; Jáaic emuló nuevamente la voz de Obbo:
-Llegará un tiempo en que tu raza comprenda el sentido de la vida, y este, será el momento de que los guíes y les procures su destino, tú como yo, serás el encargado de llegado el momento legar a otra raza esta sabiduría.
Jáaic mostraba ahora preocupación.
-Te juro Dalla que aún no sé el sentido de la vida, pero cuando en la reunión de los Cinco se planteó el problema de que millares de raámnianos optaban por morir, pensé que en el misterio de la muerte estaba encerrada la contestación ¿No es lo que le sucede a cualquier materia en todo el universo? Siento sin embargo que aún me faltan cabos por atar, pero creo sin duda que voy por buen camino en mis deducciones, y que llegado el momento todo me será revelado. Él me eligió como guía y eso es lo que haré.
Dalla mostraba un rostro de puro pánico, ya que de lo que se desprendía de la aclaración de Jáaic era, que el camino a seguir acababa en la misma muerte; con lo cual se sintió de repente en una encerrona de la cual era demasiado tarde para escapar, sin duda no aceptaría jamás tal cosa.
Jáaic viendo las facciones de Dalla comprendió que el pánico se iba apoderando de ella, por lo que se apresuró a tranquilizarla.
-No tengas miedo, ese ser me dijo que toda su raza había comprendido su destino, que era un destino maravilloso el cual comprenderemos a su debido tiempo y lo asumiremos con orgullo de ser parte de ese plan universal.
Dalla se abrazó a el y más tranquila pensó que cabía la posibilidad de que jamás llegara ese momento.
¿Cómo se podría saber el sentido de la vida a través de la muerte?

La espacio-nave surcaba imparable el trayecto prefijado y los años iban pasando, haciéndose más notable el nerviosismo en los viajeros por saber el destino del viaje, siempre había algún corrillo de parejas hablando de ese tema, pero Jáaic y Dalla acordaron mantener el suspense, pues la incertidumbre era buena en viaje tan largo y además poco se podía explicar de lo comentado por Solla 400 años atrás. Esperarían a consumir los 500 años estipulados para la llegada.
En el viaje lo más notable que se dejaba percibir era la acentuación más si cabe de la escasa musculatura de la que eran acreedores. Sus costumbres ociosas en Raám durante miles de años era la culpable, aun así tenían cuerpos esbeltos pero sin flacidez, cosa que debían enteramente al uso de la clonadora de ADN, que los regulaba y mantenía en perfecto estado. El uso de los gravitadores en la espacio-nave era inevitable por lo que sabían que siempre dependerían de ellos allí donde fueran, ya que no podrían soportar la gravedad de planeta alguno, pero en contrapartida se podrían considerar emulando creencias de sus antiguos, como los propios ángeles, aunque esta vez sin alas ¿Y no sería así en realidad?
RAÁM

En otro lugar lejano ya en el tiempo y en el espacio; una visión se presentaba ante los ojos de Solla y de cada uno de los integrantes de los Cinco, (dos nuevos integrantes, naturalmente) se encontraban todos ellos en una reunión para las decisiones planetarias en Raám.
Desde luego Tráier podía estar orgulloso de que su ingenio de pantallas informadoras hubiera evolucionado de esta manera. Ahora los Cinco parecían estar juntos en carne y hueso en una misma sala, pero no, ya que se trataba de clones.
Las pantallas, como Jáaic y Dalla las conocían desde su partida habían desaparecido, el tiempo transcurrido en Raám había echo posible unas cuantas mejoras, en su lugar, y por medio de receptores de materia situados en el techo, se recogía para la posterior emisión, la parte exterior de todo objeto o ser viviente que en el campo de acción del aparato estuviera; por lo tanto se trataba de clones o copias huecas que, para el caso de seres vivos, todos los sentidos eran también transportados, con lo cual los clones respondían de la misma forma que el sujeto verdadero desde su punto de origen, esto suponía entrar al punto de destino casi, casi, de forma real; el fin de la emisión conllevaba la destrucción de dicho clon o copia y decorado mediante un desintegrador de materia.
Solla saludó a Tráier, Téel, Kiic (inventor del emisor de clones) y por último a Séem inventor de un nuevo acelerador molecular para la clonadora de alimentos. Solla desde la partida de Jáaic y Dalla hace ya 100.000 años, había cogido mayor relevancia en las reuniones de los Cinco, ya que los problemas se habían convertido más en tecnológicos que de convivencia, Tráier seguía con su papel de juez y, Téel, Kiic, y Séem quedaban relevados al papel de argumentación.
Solla hablaba ahora y se dirigió al clon de Tráier, que al igual que su homólogo real, le devolvió la mirada.
-Tengo muy malas noticias que exponer: he encontrado cuál es la causa de los fallos que se han venido produciendo desde hace unos meses en toda nuestra tecnología. -Solla se les mostraba con una expresión gravemente alarmista, pero además mostraba algo más aterrador.
Mostraba un rostro sin la mitad derecha máxilo-facial inferior, mostrando el interior hueco de su clónico. Esto ya empezaba a ser normal, lo mismo ocurría en los demás avances tecnológicos, como fallos en gravitadores provocando accidentes o en la clonadora de alimentos, dando por buenos platos incompletos.
-El fallo –seguía Solla-, se produce en nuestra fuente de energía que es Tuut. Aparentemente no se percibe nada pero en el estudio de sus haces se comprueba una intermitencia esporádica en su velocidad e intensidad, produciendo cortes momentáneos en nuestros equipos.
Solla Terminó la última palabra con el rostro facial clónico al completo; el clónico de Téel sin embargo apoyaba su mano derecha en el suelo para evitar una caída de costado, al sobrevenir en ese instante, un corte en el suspensor utilizado como sillón en su lado de la emisión.
-¿Cómo se puede evitar? –preguntaba Séem centrando su mirada en la postura cómica que Téel mostraba.
-Probablemente sí, -contestó Solla- se podría adaptar en cada aparato un acumulador que garantizara la continuidad e intensidad de los haces de luz; pero creo que la realidad del problema es otra y más grave ¿Qué está sucediendo en Tuut? Mucho me temo que esté produciéndose algún cambio como ya lo hizo millones de años atrás de pasar de *enana blanca a gigante roja, esta vez podría darse el caso de estar presenciando los primeros síntomas del final de Tuut.
Estas palabras produjeron escalofríos en todos ellos, sin embargo Kiic sobreponiéndose, intentó atenuar la noticia exponiendo una vía de solución:
-Por la parte que me toca, me pondré a solucionar el lado tecnológico. He estado trabajando ya en un acumulador que interponiéndolo en los filtros de luz de cada ingenio evitaría las interferencias y creo que por su simplicidad se podrá hacer de forma particular; darme algunos días para comprobarlo y yo mismo daré instrucciones oportunas a través del visor clónico.
-Me parece bien –dijo Tráier- Solla, comprueba esos datos sobre Tuut, a ver si varía para peor.
-Será lo que ocupe todo mi tiempo, aunque mucho me temo que si irá a peor, -terminó Solla de hablar dejando en el aire el asunto más que sentenciado.La reunión acabó y el miedo producido por la noticia quedó sembrado dentro de ellos. Téel, sin embargo, lo que se le pasaba por la cabeza en estos instantes era un enfado interior al sentirse traicionado por su propia creación (gravitador) que le había dejado en ridícula postura en plena reunión. Los clones se desintegraron al cerrar la emisión y la nada volvió a reemplazar el escenario.
*Enana blanca: Estrella con alto poder calorífico y gravedad extrema.
ESPACIO-NAVE

Llevaban ya 400 años de viaje y sólo les quedaban 100 años, tiempo insignificante para ellos por su inmortalidad, sin embargo había sucedido algo que si era motivo de preocupación.
La comunicación entre ellos y Raám era imposible a esta velocidad cercana a la luz esto es obvio, pero si estaban en contacto con la señal de Tuut, lo sucedido desde hace tiempo era que esa señal había quedado menguada en cuanto a su intensidad y no se recuperó en el transcurso del viaje. Solo Jáaic y Dalla sabían de esto pero no comentaron nada ya que supondría motivo de preocupación para todos los viajeros.
La espacio-nave surcaba el espacio comiéndose uno a uno los años, sin intromisión alguna acercándose más a su destino. Jáaic ya tenía en su poder la visión del planeta idóneo, y faltando solo unos meses para su encuentro se dispuso a comunicarlo a través de los paneles de información.
En la gran esfera central todos los paneles informativos mostraban la imagen de Jáaic, el cual se dispuso a hablar:
-Hermanos viajeros, padres de Raám -se expresó Jáaic dando constancia del cometido de la odisea-, el destino esperado por todos es el cuarto planeta del sistema estelar de Sool. Es sin duda el más idóneo para nuestro asentamiento; su apariencia rojiza nos traerá recuerdos de Raám, aunque su rojez proviene de la composición de su atmósfera y no por la luz de su estrella, que aun siendo más pequeña nos proporcionará más calor y energía. Este sin embargo no será nuestro destino final, al parecer el planeta Tres está habitado, realizaremos el estudio por precaución desde el planeta rojo.
Todas las parejas apreciaban las buenas nuevas que Jáaic, presente en todos los paneles de información, les iba proporcionando. Saiel y Mailla como todos se alegraron viéndose ya en ese planeta rojizo que el destino parecía haber hecho que fuese tan similar a Raám.
“Rojo”, como habían bautizado al planeta, era, por la distancia a la estrella Sool, por sus dimensiones parecidas y por su estabilidad geológica interior, el que ofrecía mayor seguridad para el primer paso. Enumerándolos, por aproximación su examen se catalogó de la siguiente manera:
-Uno; impensable por su aproximación a la estrella, las altas temperaturas hacía inviable incluso el acercamiento.
-Dos; envuelto por gases que provocaban lluvias ácidas y ardientes, imposible el asentamiento.
-Tres; era el verdadero candidato pero se había vedado de momento por haberse encontrado vida inteligente todavía en formación, suponía momentáneamente un peligro de naturaleza desconocida.
-Cuatro; era el planeta elegido para el asentamiento.
-Cinco; era gigantesco pero imposible por estar enteramente compuesto por gases en evolución, aunque si se pensó en acercarse a una de sus lunas, la número nueve que sería bastante propicia para el acercamiento a Rojo.
Los demás planetas fueron totalmente descartados por estar fuera de la acción calorífica de la estrella, siendo el último de ellos y el primero con el que se toparían una bola de gases congelados.
Nuevas imágenes aparecían borrando la cara de Jáaic, aunque no su voz comentando las mismas, que no eran otras que Rojo.-Mirad, hermanos viajeros, padres de Raám, las llanuras que aquí veis darán cobijo a nuestras esferas en nuestro proceso de asentamiento. Hay agua, todo el planeta está plagado de grandes canales que sin duda enriquecen el suelo. No parece haber vegetación, pero nosotros la haremos surgir. Se convertirá por lo tanto en un nuevo planeta echo a la medida de nuestros deseos. Dicho esto las pantallas volvieron a sus quehaceres habituales, quedando todas las parejas llenas de felicidad al comprobar que todo iba a ser un éxito, la verdad es que nunca habían pensado lo contrario. El deseo de este sueño era más fuerte que un posible temor al fracaso.
ROJO

Dalla le miraba preocupada ante los resultados ya completados de la composición del suelo del planeta Rojo. La aridez del suelo era más que preocupante, Jáaic no comprendía cómo teniendo el planeta todo los elementos imprescindibles para la vida, esta estuviera ausente, no era lo normal, según las leyes de la naturaleza. Jáaic le devolvió la mirada de preocupación y le dijo:
-En todos los planetas siempre hay algo que por desconocimiento resulta preocupante; en éste parece que el problema pasará por tener que hacer unos análisis más detallados una vez llegados allí, en principio no nos presentará ningún problema para el asentamiento. Llegado el momento estudiaremos la posible implantación de vida vegetal, la salida al exterior quedará restringida mientras tanto a la espera de resultados.
Dalla más tranquila, mostraba su aceptación con movimientos de cabeza y añadió:
-Tenemos que evitar en lo posible que esto sea motivo de preocupación, sin embargo debemos compartirlo con los científicos genéticos Saiel y Mailla.
-Naturalmente, solo ellos serán los encargados de efectuar las salidas al exterior y recoger muestras –alegó Jáaic-.
La espacio-nave lo había logrado, la distancia tan terrible había sido vencida, la marcha se había aminorado considerablemente para poder apreciar con toda tranquilidad la nueva morada, el sistema planetario de la estrella Sool estaba a su alcance, pudiéndose apreciar a simple vista uno a uno sus mundos, maravillándose de cada uno de ellos, todos tenían algo especial pero en particular uno que parecía mágico. Dicho planeta disponía de un anillo a su alrededor producido en su mayoría por gases helados en una sola capa sumamente delgada, asemejaba la apariencia de la espacio-nave, esto les pareció tan atrayente e impresionante que se regalaron la vista quedándose anclados varios días entorno suyo. Pararon también como ya se había prefijado en el noveno satélite del gigante gaseoso mostrando sumo interés por dicho planeta que era sobrecogedor, pero también en su final destino que era Rojo, casi se podía tocar pues la distancia era ínfima para la espacio-nave.
En un nuevo salto la espacio-nave se acomodaba ya formando satélite en torno a Rojo, por lo que Jáaic, visible nuevamente en las pantallas informativas, invitó a todas las parejas a que ocuparan sus esferas respectivas para iniciar el descenso.
La espacio-nave, descendía paulatinamente sin prisas atravesando la atmósfera de Rojo, Jáaic controlaba este proceso en la esfera de control levantando sus dedos en el aire para hacerlos coincidir en los mandos adecuados.
-¡Adelante! –No pudo evitar susurrar Dalla con excitación contenida.
La disgregación de la espacio-nave se produjo y las miles de esferas iban dejando al descubierto la gran esfera central. Se disgregaban cada vez más y más hasta conseguir la horizontalidad con respecto a la superficie viendo que el descenso había de Rojo.
Jáaic, finalizado, manipuló los mandos y las esferas empezaron a entrar en contacto unas con otras quedando la espacio-nave con la apariencia de un gigantesco huevo frito con su yema en el centro; toda ella quedaba a una distancia de 5 metros del suelo.



La gran espacio-nave continuó así posada un día tras otro sin que se pudiera apreciar ningún interés hacia el planeta, o eso es lo que pensaría un observador que desde el exterior la hubiese estado contemplando, nada más lejos de la realidad, pues en el interior de la misma, era todo bullicio de parejas yendo y viniendo de una punta a otra para poder apreciar el paisaje desde todos los ángulos posibles, eso es lo que de momento se podía hacer. Esta espera no importaba mucho después de 500 años de viaje a unos tripulantes ya milenarios acostumbrados a la calma del transcurrir del tiempo.
La expectación se mantenía viva con el sueño en todas las parejas de ser padres y de que Jáaic como cabeza de mando, diera noticias favorables para la colonización del planeta.
Jáaic en reunión constante con Dalla en el estudio del planeta, decidió que había llegado el momento de que Saiel y Mailla participaran en esto en calidad de científicos biólogos y todo lo que ello significaba, supondría la integración de dos miembros más en las decisiones ráamnianas, sin más espera les hizo una llamada a través de las pantallas informadoras, pidiéndoles que se presentaran en lo más breve posible en la esfera de mando. La noticia les causó tanta satisfacción que no tardaron en llegar.
-Aquí estamos-, dijo Saiel, acompañado de Mailla, la cual dejaba notar signos de impaciencia por empezar las tareas para las cuales fueron asignados, sin embargo Saiel mostraba temor por lo hablado con anterioridad con Mailla en las salas de ocio.
-Acercaos-, dijo Jáaic, señalando con la mano el lugar donde les invitaba a sentarse junto a Dalla-. Tenemos una tarea sumamente importante que encomendaros.
Ocuparon sendos gravitadores y saludaron a Dalla alegremente y esperaron a escuchar lo que Jáaic les quería comunicar.
- Como pareja destinada a la implantación de vida en este planeta, ha llegado el momento de haceros partícipes de todo lo encontrado por nosotros en la observación de Rojo. Dalla y yo, -dijo señalando a su compañera- hemos elaborado algunos esquemas que os serán útiles en vuestro trabajo, son referentes a la composición del aire, suelo y agua de este planeta, en teoría todo entra dentro de lo normal.
La pantalla informadora de la esfera de mando de la espacio-nave no paraba de mostrar fórmulas y datos de todo lo que Jáaic les iba comunicando; Saiel y Mailla especializados en todo lo referente en biología genética se percataron enseguida que algo fallaba.
-Como habréis observado, -dijo Jáaic- no hay razón aparente para la ausencia de vida en Rojo, por lo que necesitamos que elaboréis vosotros un análisis más exhaustivo, pero por motivos de seguridad es vital extremar las posibles salidas de la espacio-nave.
-Estamos preparados, -dijo Saiel- con una salida será suficiente para traer las muestras necesarias.
Mailla asintió con la cabeza marchando los dos a preparar todo lo pertinente.
Los días pasaron como siempre sin prisas, hasta que llegó el momento de la salida. De nuevo el espectador imaginario que desde un lugar cercano a la espacio-nave hubiera estado observando, vería con una diminuta esfera se separaría de las demás dirigiéndose a un poco mas allá descendiendo y levitando a 5 metros del suelo y eso es todo, pues al poco la pequeña esfera retornaría con las demás, vaya misterio se preguntaría.
Lo que realizaron fue bien sencillo, una vez alejados de la espacio-nave, situaron su pequeña esfera en un espacio de terreno aceptable para su estudio y salieron de ella con sendos gravitadores para evitar el contacto directo con el suelo. Al terminar de recoger las muestras efectuaron el regreso.
Con todo lo recogido efectuaron muchísimos análisis hasta que por fin dieron con el problema. La composición del suelo arrojaba índices altísimos de oxidación y esto estaba por todas partes, prueba tras prueba para que germinaran las semillas vegetales resultaba del todo negativo, la semilla moría contagiándose de esa oxidación. Probaron con pequeños microbios y bichos rastreros creados genéticamente pero igualmente los resultados eran nefastos ya que sin alimento del entorno morían irremediablemente. Pruebas y más pruebas, años y más años y el único resultado posible era el que tuvo que ser aceptado por Jáaic y Dalla, el compromiso con los demás viajeros suponía darles a conocer tan nefastas noticias, Jáaic no lo demoró más.
En la sala central donde las parejas confluían en un ir y venir constante las imágenes de las pantallas informadoras mostraron a un Jáaic desolado, naturalmente por la triste noticia que se disponía a dar:
-Queridos hermanos, futuros padres de la herencia de nuestro querido Ráam, -empezó a hablar Jáaic con verdadero desaplomo- los años han pasado y como ya sabéis a través de las pantallas de información los resultados sobre Rojo siempre han sido negativos, por lo tanto, doy por terminado su examen, la posibilidad de crear vida en este planeta es totalmente imposible. Por otro lado la posibilidad de que podamos seguir aquí es perfectamente posible, teniendo pues la posibilidad de asentarnos sin peligro y de que nazcan nuestros hijos a la espera de que Tres sea seguro para todos nosotros, mientras habremos de conformarnos sin remedio a las limitaciones en la belleza paisajística del planeta que solo nos acepta porque somos perfectamente autónomos, con lo cual la vida dentro de nuestras esferas será totalmente necesario.
Esto era muy duro de digerir para todas las parejas, ya que habían confiado plenamente en poder disfrutar enteramente de este nuevo planeta tan parecido a Raám. Jáaic y Dalla, lo sabían por lo que elaboraron un compromiso de esperanza para todos:
-Dalla y yo, -proseguía en su discurso Jáaic- partiremos hacia Ráam para dar los resultados de este viaje, con la esperanza de que una vez allí dando los resultados de Rojo, se nos dé nuevas posibilidades para el resurgimiento de la vida, dejamos a Saiel y Mailla como pareja de mando, ellos proseguirán en el estudio de Tres. Engendrar a vuestros hijos con la idea de que Rojo es sólo el primer paso, confiad en nuestro regreso con nuevas esperanzas, no tengo más que deciros.
Dicho esto, dio por terminada la comunicación y las pantallas volvieron a sus funciones cotidianas, las parejas más que nunca se sintieron más unidas, el silencio reinante era el acorde y el que tocaba en ese momento, la crudeza de una realidad de desolación.
Jáaic y Dalla habiendo echo con anterioridad todos los preparativos de la partida, se despidieron de Saiel y Mailla con verdadera efusión ya que tenían que expresan en ellos dos lo que no podían hacer con las demás parejas. Ocuparon la contigua sala de mandos, se acomodaron en los suspensores delante de la pantalla de mando y dieron las ordenes oportunas para la división de la esfera central. La gran esfera central se elevó por los aires colocándose a cierta distancia de las otras más pequeñas en las que estaban los demás viajeros, produciéndose la división de la misma por clonación de materia, quedando convertida en dos esferas de igual tamaño, dirigiéndose en la que se encontraban Saiel y Mailla de nuevo entre las demás a pocos metros del suelo y la otra donde Jáaic y Dalla estaban al contrario se distanció cada vez más hasta salir despedida de Rojo con destino a Ráam, Jáaic y Dalla se miraron sabiendo que el regreso no sería hasta dentro de 1.400 años.
Las dudas de lo ocurrido en el viaje hacia Rojo volvían a sus mentes pues volvían a notar la baja intensidad de los haces de luz de Tuut ¿qué estará pasando? se preguntaban y que encontrarían en Ráam después de 1.800 años de ausencia, la situación estática de los que se quedaron en Ráam producía diferencias temporales que en teoría y en la practica habían sido comprobadas, pero ahora se trataba de toparse y sentirlo en sus propias carnes. Volverían a verse en las reuniones de los cinco como si el tiempo no hubiera pasado o habría cambios en las formas de convivencia y maneras distintas en las decisiones planetarias. Los pensamientos de ambos se cruzaban en estas ideas hasta que de pronto la espacio-nave se paró de golpe.
No recibían los haces de luz de la estrella Tuut, la información que recibían en las pantallas era que no estaban, no existía dicha fuente, habían desaparecido sin más.
RAÁM

Tráier no daba crédito a lo que oía, Téel y Solla le mostraban datos irrefutables de que Tuut, la gran estrella roja, menguaba alarmantemente como consumiéndose.
-Pero no es posible, -decía Tráier- eso puede suponer la muerte de nuestra estrella, no estamos preparados; todo funciona gracias a la energía de Tuut, supondría...
-Supondría, -habló Téel- que moriremos con ella sin remedio. Si la intensidad de luz baja de manera crítica, todos nuestros aparatos dejaran de funcionar. Podríamos salir airosos de este caos pero más tarde o más temprano sin estrella que nos caliente nos mataría sin poder evitarlo.
En un instante al termino de las palabras de Téel todos quedaron presos del posible horror que el destino les otorgaba, envidiando a Jáaic y Dalla por su marcha hace ya 2.000 años, y pensando que si bien volvían ya no les encontrarían. Se acabó el futuro de esta raza con la suficiente soberbia de creerse dueños del entorno que les rodeaba.
Y la oscuridad reinó y la vida, que como un sueño que quizás nunca existió, dejó de ser, dando nueva realidad a la irrealidad de un más allá todavía más increíble, por desconocimiento.
Raám ya inerte vagaba sin estrella junto con los otros cuatro compañeros de igual suerte, quién sabe si alguna estrella vecina atraería para sí este conjunto de planetas devolviendo a Raám lo que le fue arrebatado: la vida.


Jáaic y Dalla comprobaban todos los sistemas y no había fallo posible. Tuut no existía, por lo tanto ningún haz de luz de la estrella podía ser utilizado para la tracción de la espacio-nave. En la desesperación no tuvieron más remedio que utilizar los emitidos por una estrella vecina que raramente quedaba dentro del sistema estelar de Tuut.
Los temores de que algo desastroso había ocurrido cada vez eran más fuertes, sospechando quizás la probabilidad de que Tuut hubiera llegado a su final, era lo más loable dada la ausencia de haces, pero no en estos 800 años, por lo que Jaáic y Dalla dieron por sentado que ciertamente en Raám podían haber pasado muchos más, con pena en sus corazones, zanjaron sus temores acordando no comentar más este miedo hasta el acercamiento a Raám, que no sería hasta dentro de 400 años, tiempo más que suficiente para prepararse del posible desenlace que el destino había urdido para con sus semejantes.
La espacio-nave ya veterana en el viaje interestelar había cumplido su misión por segunda vez, la espera para la verdad había concluido, Jaáic y Dalla suspendieron la tracción de la espacio-nave cuando por su cercanía al lugar no cabía la más mínima duda de lo que había pasado, Tuut ya no estaba, en su lugar un terrible agujero negro engullía sin piedad todo lo que su alta gravedad atraía que no era ni más ni menos que a sus más cercanos planetas incluido Raám, era una imagen aterradora de los planetas destrozados que pulverizados se iban adentrando como finos hilos a esa nada oscura.
La comprensión de que no había habido supervivientes se hacía latente ya que para este horror nunca habían estado preparados y lo más seguro les pillaría desprevenidos, quedando todos anclados al planeta se desconectarían lo más seguro de la “biptac” para morir apaciblemente de viejos sin conocer jamás este final fatal.
Observaron la nueva estrella que se erguía donde por la situación debía haber estado el último de los planetas de Tuut, un gigante gaseoso congelado que a lo más seguro con tanto caos a su alrededor había entrado en fusión. Lo espeluznante de todo era ver que incluso el poder de atracción del agujero negro llegaba hasta la nueva estrella, absorbiendo parte de los gases desprendidos, nada quedaría en un par de siglos.
Jaáic y Dalla se miraron comprendiendo lo insignificantes que eran ellos y cualquier vida, que comparativamente sería como la de cualquier bacteria microscópica y no, como la de unos seres guiados por el designio divino de algún dios arcano, simple y llanamente se producía la más vil de las necesidades cósmicas, caos y vida.
Jaáic no queriendo ver más tal desastre, solo tenía necesidad de alejarse y volver a Rojo, era su principal deseo temiendo que otra desgracia en los allí dejados hicieran que la soledad que ahora sentían se convirtiera en algo aún más palpable.
Se apresuraron pues y pusieron rumbo a la estrella Sool, ciertamente había una pequeña sensación de miedo de que a mitad del trayecto se quedaran otra vez parados, otros 500 años eran muchos por lo tanto no lo pensarían y entrarían de nuevo en conversaciones banales, que sin duda aumentaría ese desespero de no saber que decir cuando ya se ha dicho todo. Jaáic acomodándose en el suspensor de mando le tendió la mano a Dalla y con lágrimas en los ojos le dijo:
-Este golpe será una herida abierta hasta el final de los tiempos, nuestros hijos o descendencia en ese mundo nuevo debe ignorar lo sucedido o les cerraremos la puerta mágica de la ilusión por vivir y conseguir grandes logros.
Dalla asentía comprendiendo que debía ser así para que tuvieran un principio limpio sin conocimiento del anterior. Así unidos en ese pensamiento, surcaban nuevamente la gran distancia, que de nuevo les devolvería con los suyos.
TRES

Los nuevos habitantes de Rojo se asentaron favorablemente en el planeta pero la nueva descendencia no llegaba, con lo que la colonia de raámnianos empezó a desesperarse, todos los intentos eran nulos, Saiel más tarde comprobaría que algo en el gen raámniano había desaparecido y era la capacidad de reproducción de forma automática. Las células sin ayuda de la “biptac” no respondían y por más que las reproducían estas no eran capaces de arrancar sus mecanismos de desarrollo. Para alentar esperanzas duplicaron la capacidad de la espacio-nave con más esferas, las cuales darían cobijo a los recién llegados pero también fue inútil.
La forma del asentamiento inicial continuaba siendo la misma, todas las esferas agrupadas a modo de huevo frito, con la variación del nuevo grupo que fueron creadas, tomando una disposición en dos anillos separados en paralelo pero eso sí a 5 metros del suelo.
La vida se sucedía muy ociosamente, tal y como siempre la habían conocido; el único interés era el observar la evolución de Tres, así lo habían bautizado por su situación planetaria en torno a Sool.
En éste planeta azulado, llamado Tres por los raámnianos, de un tiempo para aquí se estaba observando que en la diversidad de todas las especies animales que en él convergían, había una en particular que destacaba de las demás por su intelecto. Larga fue la contemplación desde Rojo hasta notar dicho cambio en esta especie de animales , habían pasado 1000 años.
Se estimó la conveniencia de adaptar el cronómetro raámniano con el de Rojo para una mayor comprensión de la cuenta del paso del tiempo y hubo notables diferencias; por un lado estaba la situación en la galaxia de Sool, conllevando que recibiera menores impactos magnéticos, esto producía que las rotaciones en los 9 planetas fueran hasta 10 veces más rápidas, por otro lado el viaje de traslación de Rojo entorno a la estrella Sool era de 100 veces menor a la que Raám hacía alrededor de Tuut; todo esto conllevaba que el cálculo proveniente de estos parámetros diese como resultado, que 1000 años en Rojo representara solamente 1 año raámniano. Indudablemente la compresión de esta alta longevidad de los raámnianos antes de la invención de la “biptac”, solo es posible en el razonamiento de que la situación de Raám en la galaxia a sí lo hacía factible.
Haciendo cálculos aproximados del tiempo de asentamiento en Rojo con los nuevos cálculos era de 1.000.000 de años, la sucesión de las cosas por tanto quedaba acompasada con el tiempo trascurrido, originándose en Tres una rápida evolución de la vida a los ojos de los raámnianos, por lo cual sin demora era necesario realizar el primer acercamiento.
Saiel y Mailla escaparon muchas veces de Rojo con la esfera de mando de la espacio-nave hacia Tres, ya que su estudio así lo requería. La especie observada poseía una capacidad asombrosa y su manera de actuar era completamente diferente de las otras. Agrupados en colectivos, unían esfuerzos para la ejecución de cualquier tarea, pronto representarían una fuerza en ese planeta y en caso de un posible asentamiento de los raámnianos sería cosa de tener en cuenta.
Siempre de regreso a la gran espacio-nave se disponían todos los datos recogidos en relación a todo lo que Saiel y Mailla habían estado observando del planeta azul; las grandes pantallas de las salas de ocio escupían imágenes asombrosas de los paisajes y seres del planeta. Era sin duda lo más bello y terrorífico que los raámnianos habían visto jamás y eso les sedujo.
Esta atracción les llevó a sentir verdadera admiración por esa raza de animales tan inteligente comparativamente con las demás, consiguiendo salir siempre airosos de los muchos peligros a los que estaban expuestos. Se produjo entonces una verdadera ansia por ayudarlos sacándolos de su animalidad, actuando por lo tanto genéticamente sobre ellos provocando el cambio. Se quería sobre todo, conocer, hasta donde se podría avanzar en su intelecto y que cambios se originarían.
Naturalmente pasaron muchos años para que estas intrusiones físicas dieran resultados, pero poco a poco, parejas de tresáqueos como les decidieron bautizar por ver en ellos a los herederos de Tres, daban a la luz nuevos seres sobradamente más evolucionados, que aunque pasaban desapercibidos por los demás, tras más apareamientos, se produjo al fin el cambio y claro distanciamiento con otros de su especie que no habían sido tocados genéticamente, quedando apartados en el retraso y la irracionalidad animal.
Muchos de los tresáqueos ya evolucionados no avanzaban al seguir con su dieta alimentária de frutas y semillas, mientras que otros empleaban su ingenio para la caza dándose otro claro distanciamiento, pronto estos estarían preparados para el regalo de la sabiduría.
La apariencia dejaba mucho que desear, comparándola con un raámniano, pero tampoco era tan distante; los cuerpos de estos eran más pequeños y peludos, con facciones más huesudas, cabeza pequeña con ojos diminutos, pero con una pequeña ayuda más, se solventarían las diferencias constitucionales. La prueba de fuego era sin duda aparentar los genes de éstos con la de los raámnianos. Saiel y Mailla dispusieron todo para tal obra.

La inseminación, se hacía capturando a las hembras tresáqueas con el gráviter hacia la esfera de mando, sin preocupación alguna sobre la repercusión que tenía el echo de que otros miembros de tresáqueos pudieran observar como una de las suyas salía disparada hacia un objeto circular situado a poca distancia del suelo, para más tarde volver a bajar; esto sin duda se hacía por las muchas hembras que había que inseminar y también porque los tresáqueos aún no tenían conciencia del hecho.
Esta actuación originó nuevas diferencias entre los bien llamados tresáqueos, altos, sin tanto pelo y más inteligentes hacían por llevar una vida más pacífica y productiva, mientras que los antiguos tresáqueos quedaban otra vez alejados de este despertar del saber, marginándose en cuevas y grutas abiertos solo a la necesidad de cazar para el sustento diario. Los otros por el contrario, empleaban su inteligencia para la administración del alimento en tiempos duros combinándolo con la agricultura y la ganadería.
Llegados aquí, se dispararon vertiginosamente, creando verdaderas concentraciones en sus ansias de aprendizaje de todas las técnicas y trucos que a sus manos llegaba. Saiel y Mailla, supieron entonces que ya estaban preparados.
Pero ¿cómo entrar en sus vidas sin acobardarlos o que se pusieran a la defensiva?, sería cosa a debatir pero por ellos dos, tal y como Jaáic y Dalla lo quisieron; pero que pensarían ellos de todo esto, dos entre los más grandes de los raámnianos , en su regreso, ¿verán con buenos ojos el cambio genético llevado a cabo en Tres?
Jaáic, tan preocupado como siempre del pensamiento colectivo, seguro que no lo vería bien tachándolos de insensatos, pero ¿qué podían hacer, si no eso, dos biólogos genéticos al mando? Saiel intuía de todas formas que Jaáic por alguna razón ya lo sabía y lo esperaba.
Saiel y Mailla produjeron un cambio radical en el medio animal, consiguiendo una raza en el planeta Tres capaz de hacerse dueño de el. Se hizo todo tan sistemáticamente, que en un posible estudio del pasado de esta raza nada encontrarían y todos las evoluciones producidas se verían normales de una adaptación al medio. El nuevo estudio para el acercamiento entre las dos razas raámniana y tresáquea era la nueva tarea a llevar a cabo.
-Podríamos , -dijo Mailla- hacerles ver que somos sus padres y siempre hemos estado al cuidado de ellos desde aquí en nuestra espacio-nave.
-¡Já!, -atajó Saiel- eso sería pretender que nos vieran y nos adoraran como a dioses, nunca podríamos disfrutar de su mundo teniendo que mantenernos distanciados y siempre se estarían apoyando en nosotros para todo, lo que daría paso a una involución intelectual-
-Pero no podemos darnos a conocer de igual a igual, seguimos siendo diferentes, solo conseguiríamos que se sintieran amenazados provocando que nos atacaran para aniquilarnos.
-Saiel asintió y propuso que solo había una solución: entrar por la puerta grande, sin mentiras y con todas las esperanzas buenas hacia ellos, pero de la manera siguiente...
Mailla escuchó atentamente todas las ideas expuestas por Saiel:
Punto número uno: el planeta Tres consta en su mayoría de grandes extensiones de agua, la espacio-nave se asentará en este lugar por estar totalmente a salvo de visitas de los Tresáqueos.
Punto número dos: se enviarán emisarios disfrazados en todo lo posible, dando mensajes de paz y ayuda de nuestra raza venida de las estrellas, que está dispuesta a enseñar sus conocimientos a todos los Tresáqueos.
Punto número tres: se les enseñará lo que encamine y estimule sus mentes para la comprensión raámniana.
Punto número cuatro: no se intervendrá, ni mediará en cualquier conflicto que se origine por nuestras enseñanzas, simplemente rectificaremos nosotros en la manera de educación.
Punto número cinco, en todo momento serán estudiados en sus lugares de origen evaluando repercusiones y logros obtenidos.

Lo lograremos, –Dijo Mailla- pareces triste.
-Sé que lo conseguiremos, sólo, que me gustaría que Jáaic y Dalla estuvieran aquí.
-El tiempo transcurrido te está haciendo mella, pero no debes preocuparte por ellos, lo más que podemos hacer es esperar. Saiel sabía que se retrasaban, por eso su preocupación, quizás el tiempo de espera podía llegar a ser muchísimo más, en el cálculo de estos viajes podía haber sorpresas y más ahora con la adaptación del tiempo en esta otra parte de la galaxia. Los raámnianos debían partir hacia Tres, eso era lo único que les debía preocupar, pero antes debían dejar una señal en Rojo para Jáaic y Dalla, se enfrentaban ahora a la incertidumbre de este planeta habitado, todo podía ser.
DESPEDIDA

Saiel comentó a Mailla que antes de partir de Rojo, debían dejar alguna construcción en la que poner un mensaje que constatara el tiempo transcurrido, la partida hacia Tres y el lugar de destino en éste.
Los preparativos a realizar se hacían a través de las pantallas informativas, día tras día sin parar se volcaban todos los datos necesarios, estos a su vez eran recibidos por todos los colonos en Rojo, que veían con ilusión esta otra partida al planeta Tres.
Poco a poco se iba consolidando la tarea a realizar y ésta sería una faena compartida por todos voluntariamente, según las capacidades que cada uno pudiera aportar.
La gran obra la constituían dos pirámides y una esfinge a modo de monumentos como en Raám. Las proporciones eran gigantescas, debían cumplir la misión de poder ser observadas desde fuera de la atmósfera de Rojo, cosa que no representó ningún problema. Se emplearon miles de gravitadores para el transporte de bloques de piedra, que llevadas al sitio en el que se iban a ubicar eran seccionadas con el láser.
La base de la pirámide más grande, era de 2 kilómetros cuadrados y en la pequeña de 1 kilómetro, la altura en ambas era de 2.000 y 1.000 metros respectivamente, por otro lado la esfinge medía 500 metros de altura con el cuerpo proporcionado a dicha medida.
El mensaje fue situado en la esfinge y decía:
“En memoria de los raámnianos a Rojo por los 2.000 años de cobijo” (calendario del planeta Raám).
Dejaron también instalada una pantalla informadora que contenía los datos de todo lo transcurrido y motivos de la necesidad de la partida hacia Tres.
Así pues, todo concluido, nos les quedaba otra cosa que marchar hacia su nuevo destino. Saiel y Mailla, acomodados en sendos suspensores en la sala de mandos alzaban sus brazos hacia las pantallas de control para hacer coincidir sus dedos con los mandos adecuados, la espacio-nave volvería a moverse.
Al instante, 2.000 años de quietud empezaron a moverse, iniciándose por los dos anillos paralelos. Todas las esferas se replegaban unas a otras hacia la gran esfera central, y de repente, todo el conjunto empezó a elevarse sin parar éste movimiento de repliegue de las esferas, estaban listos.
Saiel y Mailla buscaron las coordenadas de Tres, escogiendo cualquier estrella en su línea recta. El tractor de haces invirtió el sentido y la espacio-nave fue arrancada del planeta Rojo ; poco tardarían en llegar esta vez. Mientras en el interior se organizarían en la forma de intervención más efectiva y apropiada.



Tres albergaba cuatro razas de Tresáqueos, consecuencia de los diferentes climas y cruces efectuados. Sus diferencias estribaban en, tono de piel, vello corporal y facciones.
Se había observado pues, que los de piel oscura y pelo rizado se asentaban en zonas tórridas, agrupándose en tribus bien separadas; no recibían ningún tipo de intercambio de otras razas, eran los más agresivos, utilizando su intelecto para la caza y lucha entre tribus; podían llegar a comer carne de su misma especie. Los de piel clara, pelo claro y lacio, pertenecían a lugares más fríos, se agrupaban también en tribus pero con intercambios entre ellos, su intelecto era utilizado para la caza, defensa de los suyos y calidad de vida. Los de piel macilenta era la más misteriosa por sus costumbres siempre envueltas en ritos místicos, no se relacionaban, no luchaban y no cazaban, ocupaban zonas dispares en la geografía de Tres, su intelecto era muy superior pero se confinaban y se alejaban del mundo que les rodeaba. Los últimos eran una mezcla de todos, siendo o bien de piel clara, pelo oscuro y rizado o piel oscura, pelo oscuro y lacio, ocupaban zonas intermedias, o sea templadas, eran en su mayoría viajeros, pero sus asentamientos en sitios estratégicos eran construcciones sólidas y fuertes para resistir el paso del tiempo, su intelecto era el idóneo para los propósitos de los raámnianos, por ser los más curiosos en cuestión de nuevos conocimientos.
Poco a poco, la espacio-nave se iba acercando y el planeta Tres con su color azulado ya quedaba a disposición de hacer la última maniobra y así querían todos que fuera; el destino definitivo para el asentamiento raámniano.

La espacio-nave empezó a adentrarse en la atmósfera tresáquea, pausadamente como un globo sin que su gravedad les afectara y llegada la altitud adecuada las esferas pequeñas empezaron a desgranarse para adquirir la posición horizontal adecuada en forma de huevo frito. Continuaron con el descenso hasta acabar a 5 metros del suelo, que en este caso era una superficie acuática la elegida con una extensión de más de 4.000 kilómetros, la espacio-nave quedaba situada en el centro justo de ésta gran masa de agua, a ambos lados se encontraban dos grandes zonas de suelo firme, las cuales eran las habitadas por los tresáqueos.
La espacio-nave simulaba pues, un gran trozo de isla perdida en medio de éstas aguas, nadie notaría su presencia sin duda.
A los pocos días, habiendo terminado todos los preparativos, 20 de las esferas que se integraban en el conjunto se elevaron individualmente y modificaron su forma saliéndoles un alero a todo su alrededor, así aparentando pequeños huevos fritos salieron disparados cada uno a un punto diferente del planeta Tres, tenían por misión encontrar asentamientos de tresáqueos con la capacidad intelectual adecuada, la catalogada como intermedios.
Todo sucedía con normalidad en la previsión de los acontecimientos esperados en las enseñanzas a los tresáqueos, se les enseñaba todo tipo de disciplinas en todos los campos del saber, poco a poco y hasta cierto grado, con la descendencia de éstos ya se empezaba a vislumbrar una verdadera base para poder sacar beneficio de todo el saber adquirido. Los raámnianos influenciaban egoístamente y en todo se notaba la instrucción dada, sus construcciones, sus ropajes, sus costumbres, su alimentación, etc. Así se había querido por añoranza de su mundo tan lejano en el tiempo, y todo parecía ir bien, los tresáqueos parecía que llegaban a identificarse con éstas otras maneras, pero todo cambió en un par de siglos.
La realidad raámniana fue terrible, pues una catástrofe climatológica provocó que la gran espacio-nave sucumbiera bajo las aguas donde se asentaba. Jamás hubieran adivinado el destino que Tres les tenía reservado, terribles olas y vientos huracanados, fueron los causantes de tal desastre, pocos sobrevivieron.
Saiel y Mailla se encontraban entre los supervivientes y verían con estupor que en 8 generaciones no más, todas las agrupaciones de tresáqueos formadas, casi con exactitud cronológica, entraban en decadencia, olvidando todo lo aprendido y originándose el caos.
Esto surgió por el motivo siguiente: A los raámnianos se les conocía por los hombres-peces o Atlantes por verlos surgir de las aguas de la Atlántida, se contaban entre los tresáqueos mil y una anécdotas sobre ésta raza y como muy antaño salieron de las aguas para enseñarles toda su sabiduría, pero ahora no venían, murieron, se decía en las zonas costeras, mientras que en zonas más al interior se los conocía por los Dioses del cielo, todavía se les solía ver pero ya no bajaban. Éste corte en el contacto provocó una sensación de desamparo y desprotección, originando que los deseosos de poder se autoproclamaran como hijos de los Talantes o como los propios Dioses del cielo. Las diferentes interpretaciones de la historia dieron origen si cabe, a más caos cultural, dando al traste todo lo enseñado y provocando multitud de enfrentamientos por la ostentación de la verdad y el dominio sobre los más débiles.
Se derramó sangre y se acrecentó la esclavitud, erigiéndose portentosas construcciones, nadie vendría a poner fin.
Los pocos sobrevivientes raámnianos junto con Saiel y Mailla, buscaron cobijo mezclándose entre los tresáqueos y más adelante con el tiempo, sintiéndose cómodos abandonaron el uso de la “biptac” y su rastro quedó entelado y olvidado.
Los tresáqueos siguieron solos.
JAÁIC Y DALLA

Ciertamente llegaron a Rojo, ciertamente encontraron signos de la partida de los suyos, reflejada en varias pirámides y una esfinge.
Ciertamente se dirigieron a Tres, pero tristemente no encontraron rastro de la gran espacio-nave ni superviviente alguno, pero si un gran asombro por el cambio del planeta y sus raros habitantes.
Con resignación presintiendo lo ocurrido, investigaron a estos seres, de los cuales sin duda encontrarían la mano de los suyos, pero nada de ellos, todo quedaba dicho, solos seguirían, únicos de una raza extinta y otra floreciendo a su alrededor.
Muchos años pasaron en la observación siempre a distancia de los tresáqueos, sin intervención alguna pero cada vez Jaáic y Dalla lo tenían más claro.
Jaáic, lloraba en soledad pero de alegría de ver que su final estaba cerca, el pasado tenía sentido ahora, la búsqueda del misterio onírico había concluido, el cetro de sabiduría que antaño recibió de ese ser llamado Obbo estaba preparado para pasar de mano. Compartió con Dalla sus propósitos y esta vez no hubo miedos.
Buscaron pues al nuevo guía y Jaáic se encargó de enseñarlo e instruirlo para su nuevo destino, cuanta semejanza, que paralelismo con lo ya vivido.
Sólo les restaba una cosa a hacer y eso hicieron.
Las biptac de ambos dejaron de funcionar y el paso del tiempo hizo mella en ellos, primero murió Dalla y ahora lo hacía Jaáic.

Jaáic se encontraba sólo, pero una nueva gama de sensaciones llenaba ese hueco de soledad, se diría, que se notaba como expandido por todo el universo, estaba absorto en ésta sensación y pletórico, pero no todo iba bien, algo tiraba de su existencia arrebatándolo del lugar en que se encontraba, estaba siendo como succionado, alejándolo de éste sitio que le era familiar, miles de veces lo había contemplado en solitario, mirando hacia la negrura del espacio.
Todo se le aparecía ahora con más claridad, quizás por la distancia, la visión de su galaxia natal ya quedaba lejos y la inercia del alejamiento continuaba, la vista ahora de la formación de un grupo de estrellas en espiral en torno a su núcleo así se lo confirmaba y poco a poco distanciándose más su diminuta galaxia fue a formar parte junto con otras miles, quedando concentradas en un único punto que pronto y como ya se temía fue acompañado de otros más apiñándose nuevamente para perderse en la distancia.
Quedó otra vez sólo, pero ahora le rodeaba la más negra oscuridad.
-¡Jaáic! –una voz en su interior le llamó atronadoramente- ¡Date la vuelta! –éstas palabras, calaron en lo más hondo de su ser, ya que eran muy familiares, aunque muy olvidadas en el tiempo.
Jaáic como de un sueño empezó a tomar consciencia de la realidad que se hacía más patente, a medida que se giraba y se encaraba con diferentes seres, todos conocidos para él.
La voz que parecía llegar de la nada para alejarse en su interior parecía salir de todos aquellos seres y de uno solo, la verdad es que no importaba pues al fin Jaáic comprendía el misterio de la vida que hasta ese momento le había sido vedado.
La evolución de su ser había sido completada pues todos aquellos seres eran en realidad parte de él y él parte de ellos. La globalidad en el universo material era dicho fin, a conseguir por todos, limándose poco a poco en diferentes reencarnaciones, lo que eran ahora, uno sólo, luz solamente, esparciéndose en esa negrura y como otros puntos de luz en la lejanía, su nueva misión acababa de comenzar, pues una nueva estrella había nacido.
Millones y millones de años le esperaban para crear vida en algún remoto planeta que por gracia estuviera en la distancia adecuada para recibir su calor.
Mientras dicha estrella se preguntaría, cual sería su destino final designado cuando muera como estrella, ya que como muy bien sabía ese momento llegaría.
Las preguntas le sobrevenían y no pararían hasta ese final ¿Qué intención tiene éste nacer y morir? ¿Volveré siendo otra estrella? ¿Serviré como pasto para la creación de otros planetas tras mi explosión? ¿Volveré a empezar desde el principio, en la cadena evolutiva y sin recordar lo que soy ahora?

-¿Quién mueve los hilos invisibles de mi existencia?
-¿Después de ser estrella, evolucionaré a un nivel superior?
-¿Existe Dios?
-¡Por favor! Quizás desee descansar y no seguir existiendo.
Llegado éste momento y lanzadas todas sus preguntas, comprenderá, que como un niño, no le queda más remedio que esperar. Quizás más adelante lo sepa, quizás.
CONCLUSIÓN

Para la compresión de las cosas y sobre todo, lo que se nos escapa por su complejidad, es muy útil la comparación entre lo grande y lo pequeño o viceversa, ejemplo:
El universo podemos compararlo con la observación del micro-cosmos de la materia, verdadero universo en miniatura, cuan insignificantes podríamos ser realmente ¿Verdad? ¿Qué límite podríamos ponerle al universo conocido? No lo tiene y no sería lógico que lo tuviera ¿Dónde quedaría todo expuesto? ¿En alguna vitrina?
¿Cuántas estructuras están a nuestro alcance de comprensión? Lo justo debajo y lo justo encima y es inútil pretender saber más.
Todo es muy irónico, con mucha incoherencia pero demasiado semejante para no caer en la reflexión.
En la comprensión del sentido de la vida y es aquí donde quería llegar ¿Qué ejemplo sería el idóneo? Seguramente muchísimos, pero nada más sencillo que un curso escolar comprendido desde el inicio hasta los grados superiores donde se empieza a tener conciencia de donde se está y donde se quiere llegar, el final de éstos.
En ésta observación comprobamos que como meta inicial es llegar a los grados más altos, pero no todos están preparados y buscan las mismas expectativas, fracasan y abandonan siguiendo otros caminos, la vida sin embargo se nutre de todos ellos por igual, porque tan importante es la cabeza que guía como el cuerpo o los pies.
Deduzco que somos individualidades con pensamientos y destinos diferentes pero que servimos aportando lo bueno o malo de nosotros a una globalidad, que podría tener por destino lo relatado en éste libro, pero claro está, aún no tenemos conciencia de ello y aún nos queda mucho en compañía de nuestras interrogaciones y dudas, diferencias y rechazos.Quizás necesitemos de un empujón y en esa espera estaremos, pero que nadie viva equivocado, este relato entra dentro del marco de ciencia-ficción, hoy por hoy, claro.
FIN